Diario de León

No juguéis a hacer política con la vida de la gente en la pandemia

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Mientras los españoles nos vemos obligados a llevar mascarillas, guardar la distancia obligatoria del metro y medio, hacer colas interminables para atender a muchos de nuestros asuntos, nuestros políticos siguen discutiendo sobre el sexo de los ángeles. Según informes de Caritas, el número de familias que reciben carne, leche y productos frescos de sus despensas de alimentos ya se había  duplicado de marzo a junio. Los programas de las Caritas diocesanas han registrado un aumento del 154% en la ayuda alimentaria y del 288% en la ayuda para el alquiler desde el impacto de la pandemia de coronavirus.

Muchos de los que buscan ayuda son clientes de Caritas y de otras organizaciones benéficas por primera vez. Personas que antes de la pandemia vivían de su trabajo, hoy se han visto obligadas a acudir a Cáritas.

Con  un desempleo superior al 15% y con una perspectiva de seguir aumentando hasta el 2021, decenas de personas corren el peligro de ser despedidas de sus trabajos, desalojadas de sus viviendas y verse empujadas a unirse a la larga lista de aquellos que viven por debajo del umbral de la pobreza.

Las distintas organizaciones de servicios sociales que trabajan sobre el terreno están haciendo sonar la alarma sobre una  crisis económica inminente, así como sobre el número y los tipos de personas que tendrán que buscar ayuda. Hasta antes de la pandemia eran familias empleadas, trabajadoras y de clase media, pero ahora se ven obligadas a solicitar ayuda por primera vez en su vida y esto les resulta muy doloroso. Las medidas de emergencia para contrarrestar la crisis económica causada por la pandemia del coronavirus, como el ingreso mínimo vital y las ayudas adicionales por desempleo, como los Erte (Expediente de Regulación Temporal de Empleo), aprobadas por unanimidad, no han servido para alejar el temor de caer en la pobreza. La sociedad entera esperaba con optimismo que podría estar entrando en una recuperación a finales del verano.

Pero lamentablemente, la falta de liderazgo, tanto a nivel nacional como autonómico, para hacer frente a la pandemia ha llevado a una explosión en el número de casos Covid-19 y a un agravamiento de la situación económica. Esta situación requeriría un acuerdo unánime de todos los políticos. Pero una vez más, la política es cualquier cosa menos consenso generalizado.

Los expertos en la pandemia dicen que no se espera que las medidas de ayuda del gobierno proporcionen un alivio significativo a las personas que más necesitan ayuda. Además, tienen un alcance limitado y pueden enfrentar desafíos judiciales.

¿Qué deberían hacer nuestros políticos? Ya sé que lo que voy a decir suena a utopía y a receta de sacristía. Pero los políticos de cualquier signo deberían seguir el consejo de Jesús en Mateo 25: «Alimenta al hambriento, viste al desnudo, cuida al enfermo».

Las organizaciones caritativas privadas ya han ampliado sus servicios, pero la caridad privada no puede solucionar una catástrofe económica de este calibre, ni sustituir la obligación prioritaria del Estado. Las redes de seguridad social son la encarnación concreta de la visión moral de Mateo 25. Sin trabajo, se siguen perdiendo puestos de trabajo, muchos no pueden pagar el alquiler y si no pagan el alquiler, pueden terminar en la calle. Y en la calle, la espiral hacia la pobreza profunda se acelera.

No podemos perder el tiempo con un debate extraño y una politiquería partidista. Mientras siga la situación de pandemia, la vida de muchas personas está en juego, por lo que son necesarias soluciones urgentes.

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