Diario de León
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Aclaraciones sobre el crimen de Cacabelos

Quiero hacer algunas aclaraciones en relación con las afirmaciones vertidas en su periodico con respecto a el homicidio de don Antonio González Álvarez el día 14/07/2012. Me dirijo a este medio en calidad de sobrina de don Antonio González Álvarez (víctima) y del autor confeso del homicidio. En vista de lo que ha salido publicado en su medio, quiero aclarar algunas afirmaciones que no se corresponden con la realidad.

1. Nadie de la familia Gónzalez Álvarez, ni siquiera el propio don Antonio (víctima), facilitó dinero a don Paulino para subsistir ni para los viajes realizados a Brasil.

2. Reconozco la buena persona y la generosidad de mi tío Antonio (víctima), el cual durante al menos año y medio proporcionó a mi tío Paulino y a sus hijos su vivienda a su regreso de Brasil, asumiendo Paulino los gastos generados por él y sus hijos. Como también es sabido en la familia que proporcionaba mi tío Antonio ayuda económica a otros miembros de la familia (hermanos y sobrinos).

3. Que mi tío Jesús González (hermano de los anteriores) facilitó a don Paulino sus propiedades, tanto viñas como frutales, etcétera, para su subsistencia, además de que don Paulino disponía de una pequeña pensión fruto de sus muchos años de trabajo en Brasil y el sueldo que aportaba su hijo con su trabajo y con quien vivía, con lo cual no estaba en la indigencia como se ha dado a entender por ciertas personas que han dado su opinión a su periódico y de las cuales ustedes se han hecho eco.

4. Que la familia era consciente del estado mental de mi tío Paulino, que arrastraba hacía muchos años y que yo particularmente me preocupé de acompañarle al médico, cosa que fue imposible continuar haciendo ya que se negaba a recibir asistencia médica debido a que su obsesión era que le estaban envenenando y que le perseguían para asesinarlo, por lo cual se negaba a tomar medicación y desconfiaba hasta del propio médico.

5. Que para mí los hechos ocurridos en la familia son extremadamente graves y son una tragedia porque considero que mi tío Antonio es evidentemente la principal víctima pero también hay otra víctima que es mi tío Paulino, porque creo que teniendo las facultades mentales bien no hubiera cometido semejantes hechos.

6. Quiero señalar asimismo que en el año 1983, mi tío Paulino regresó a España por primera vez después de muchos años residiendo en Brasil y se encontró a su hermano en una situación económica muy similar a la que hoy en día atraviesa él mismo.

Mi tío Antonio en aquel momento estaba ingresado en el hospital y no se hacían cargo de su asistencia en la Seguridad Social por tener pendiente el pago de los diez últimos cupones de la agraria.

Mi tío Paulino, que tenía una buena situación económica en ese momento, se hizo cargo del pago de esos cupones de la Agraria y actualizó la Seguridad Social de Antonio. Supuso el que la atención sanitaria se asumiera correctamente por la Seguridad Social.

7. Este gesto lo quiero destacar porque, para mí, mi tío Paulino es igualmente una buena persona y solamente por su estado mental pudo realizar estos hechos.

8. Pido que se deje de hacer especulaciones sobre el móvil del crimen porque la investigación está abierta y solamente las autoridades judiciales que la llevan tienen la facultad de aclararlo. No me voy a extender más en mis declaraciones porque no quiero perjudicar las investigaciones judiciales y porque está bajo secreto de sumario».

Sara González Valenzuela. CACABELOS

En defensa de los derechos de los mineros

Quiero defender desde aquí su derecho a un trabajo digno, pero la minería no es precisamente un paradigma de la dignidad. Que una persona tenga que enterrarse en vida para conseguir un mísero salario es indigno.

Hace poco visité las comarcas de El Bierzo y Laciana, pensaba encontrarme un paraíso debido a la fama de sus productos de primera como los pimientos, el vino, las castañas y otras joyas de la naturaleza, pero quedé horrorizado al ver lo que la minería y el llamado cielo abierto habían hecho en la zona.

Ahora ya no se molestan en hacer agujeros y túneles a las sagradas montañas como termitas, ahora simplemente las destruyen enteras con dinamita para sacar el carbón, convirtiendo los montes verdes en negros desiertos sin ninguna vida. Y de esto no tienen la culpa los mineros, sino los empresarios como Vitorino Alonso que se han estado lucrando con las millonarias ayudas del Gobierno.

Es el momento de acabar con ese expolio de la sagrada tierra, pero sin dejar colgados a los trabajadores. Seguro que las minas son ideales para el cultivo de champiñón. Que monten con las ayudas cooperativas agrícolas y que vivan al aire y al sol. Ayudar a los mineros, no a los empresarios sin escrúpulos de la minería.

J. González Pacual. Mallorca

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