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TRIBUNA | Los derechos histéricos

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La Constitución española, aprobada mediante referéndum el año 1978, divide el territorio de España en dos clases diferentes: nacionalidades y regiones. La Constitución no aclara cuáles son nacionalidades y cuáles son regiones. Los políticos dicen que las nacionalidades son Galicia, País Vasco, Navarra y Cataluña. Y que el resto son regiones.  

Una Constitución que admite serias diferencias entre las diversas partes de un mismo territorio y que, además, no aclara los motivos de esas diferencias, no puede considerarse democrática.  

La admisión de esas diferencias ha traído a España muy graves consecuencias. Los creadores de la Constitución han concedido a las nacionalidades unas competencias muy favorables e injustas para el resto de las regiones.  

Son injustos los derechos lingüísticos y los derechos llamados históricos. Por ejemplo, los derechos históricos concedidos al País Vasco. ¿Alguien podría explicar cuál es el origen de esos derechos históricos del País Vasco?  

La Historia es bien conocida y admitida como auténtica por la mayoría de los historiadores. Todos ellos admiten que el País Vasco nació formando parte de Castilla. Fueron los reyes Alfonso I y Alfonso II los que limpiaron el País Vasco de los pocos musulmanes que habían entrado en él.  

Fue el Rey de Oviedo Alfonso III el que reconquistó las tierras de la actual provincia burgalesa y fundó la ciudad de Burgos el año 884 con la colaboración del conde Diego Rodríguez.  

Fueron los reyes de León Ordoño II y Ramiro II los que reconquistaron las actuales provincias de Logroño y Soria.  

A medida que se iba reconquistando territorio en poder de los invasores musulmanes, se iba repoblando la parte occidental con gallegos, asturianos y mozárabes venidos de las tierras en poder de los musulmanes, y en las tierras orientales, lo que hoy es Castilla, fue repoblada por vascos y también por mozárabes.  

Por eso, la parte norte de Castilla se llamaba Autrigonia, que significa tierra de autrigones, vizcaínos, y la parte sur se llamaba Bardulia, tierra de bárdulos, guipuzcoanos.  

En el siglo IX fueron desapareciendo los nombres de Autrigonia y Bardulia y todo ese territorio, incluido el País Vasco, empezó a llamarse Castilla.  

La mayor parte de los vascos que emigraron fueron a las actuales provincias de Burgos, Logroño y Soria. La llegada de los mozárabes hizo desaparecer la lengua vascuence de Castilla porque nadie entendía ese idioma.  

No existe un solo documento entre todos los cronistas medievales que haya considerado al País Vasco como un reino, ni como una nación, ni como una entidad propia, sino como territorio de Castilla.  

El País Vasco siempre tuvo muy poca población. Bilbao, la ciudad más grande, fue fundada en 1300 por un magnate castellano llamado Diego Lope de Haro. Para darnos una idea de lo poco poblado que estaba el País Vasco hasta mediados del siglo XIX, baste recordar que Bilbao tenía en dicho siglo solamente 7.000 habitantes, Baracaldo tenía 120 habitantes.  

El famoso escritor Miguel de Unamuno llamaba a Bilbao ‘mi Bochito’ porque sólo tenía siete calles. La ciudad de Sevilla tenía en 1850 más habitantes que todo el País Vasco. A mediados del siglo XIX, con la llegada de la revolución industrial, llegaron al País Vasco numerosas personas de toda España, que en un siglo consiguieron multiplicar por diez el número de habitantes de la provincia de Vizcaya, pasando de 120.000 a 1.200.000 habitantes.  

Este aumento de población eliminó el uso del vascuence, quedando reducido su uso a la costa vasca del mar Cantábrico y algunas pequeñas poblaciones del interior.  

En mis largos años viviendo en Bilbao no conocí a nadie nacido en el gran Bilbao que conociera el vascuence. El gran desarrollo industrial del País Vasco fue en gran medida fruto del dinero de España invertido allí y del trabajo de cientos de miles de ciudadanos de toda España.  

Decía antes que por qué se le han concedido derechos históricos al País Vasco y cuáles fueron los orígenes de esos derechos. Entre esos derechos históricos están el Concierto Económico y el Cupo Vasco. Yo creo que los derechos históricos concedidos al País Vasco debieran llamarse derechos histéricos inventados por el racista y antiespañol Sabino Arana, fundador del Partido Nacionalista Vasco, PNV. Entre la cantidad de injurias que dijo Sabino Arana de los españoles, las más suaves fueron: vagos, sucios y vividores.  

Es lamentable comprobar que las regiones más históricas de España: Asturias, León, Castilla y Aragón, las regiones que más sangre y sudor derramaron por España, las que más colaboraron en la Reconquista y formación de España como nación, no han recibido derecho histórico alguno.  

Y más lamentable todavía, comprobar que la región leonesa, histórica entre las más históricas, ni siquiera se la ha reconocido como región y, como región, tener autonomía propia como el resto de las regiones.  

La región leonesa ha sido unida a unas provincias castellanas para formar un engendro de autonomía que camina hacia la desaparición. Todos estos datos demuestran que en España, desde el año 1978, no interesa conocer la verdad, hoy lo que interesa es apuntarse a los dogmas establecidos por los políticos. A los políticos españoles habría que recordarles aquella sabia frase de San Agustín: las verdades a medias son mentiras enteras.  

La creación de las autonomías no es más que la creación de un mastodóntico aparato administrativo, no con el fin de gestionar con eficacia la vida de los ciudadanos, sino para crear chiringuitos para lograr el bienestar de los amigos y simpatizantes de los partidos políticos. La Democracia no es solamente votar de vez en cuando y luego permitir que los partidos políticos hagan lo que quieran con los votos. Democracia es obligar a los partidos políticos a imponer los intereses mayoritarios de los ciudadanos a los intereses de los partidos.

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