Diario de León

Nim, un modelo de viticultura afectiva

Publicado por
Elsa Ascaso Bellón
León

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España registra algo más de dos millones de hectáreas abandonadas sin aprovechamiento. Debido a esta problemática, surgen proyectos como el que lleva a cabo la asociación Nim, situada en Priaranza del Bierzo que lleva desde 2016 desarrollando su labor de recuperación de 5,4 hectáreas de viñedo y conservando el patrimonio agroambiental del Bierzo. El grupo de voluntarias y voluntarios que conforman la asociación han decidido vincularse con el medio rural a través de este espacio de encuentro que pone en el centro el valor social y ambiental de un modelo de viticultura que ellas mismas denominan ‘afectiva’.

Este terreno recuperado fueron viñedos establecidos entre 1910 y 1940 con diversas variedades de uvas que sufrieron una historia de cultivo más o menos agresiva con el uso excesivo de productos durante años. Es por eso por lo que requieren muchos cuidados y dedicación para que puedan desarrollarse equilibradamente y puedan dar una uva de gran calidad. Ese es el objetivo principal que persigue la asociación Nim.

Una solución ecológica frente al abandono de tierras:

Para garantizar estos cuidados, el grupo de voluntarios que alcanza la centena en la actualidad se desplaza desde la ciudad a este municipio de la provincia de León en sus vacaciones y fines de semana y participan en la producción de la uva que, aunque sea bastante reducida, sigue los principios de la ecología profunda y las normas de agricultura ecológica. Un trabajo muy manual, artesanal y cuidadoso que vincula a la asociación con otros viticultores de la zona que están presentes en el paisaje que comparten. Sin duda, una solución sostenible al abandono de tierras y lucha contra la despoblación rural.

Dentro de la asociación, las socias y los socios trabajan de forma conjunta para hacer frente a la problemática de la despoblación y el abandono de tierras que sufren muchas zonas de España. Como dato divertido, se autodenominan ‘ecopringados’, pues no es un proyecto con gran rentabilidad ya que la producción es muy reducida y el producto final solo lo consumen los propios socios porque no registran excedentes. El vino es la materialización del trabajo que realizan día tras día y con el que pueden compartir y disfrutar de la satisfacción de un trabajo bien hecho que contribuye al cuidado del paisaje.

Agricultura social inclusiva:

Por otra parte, su labor sirve de ejemplo para que la gente vea que es posible la recuperación y la conservación de una pequeña viña a la que le puedas dedicar el tiempo de los fines de semana. Así, Nim contribuye a frenar el aumento del terreno abandonado y sienta las bases de un modelo de viticultura que podría ser seña de identidad del Bierzo. Además, se enmarcan en las experiencias de agricultura social inclusiva que demuestran que ‘sanar el paisaje sana a las personas’.

Entre los estatutos de la asociación figuran los objetivos de generación de oportunidades de trabajo remunerado para mujeres rurales y de espacios de participación social y económica en igualdad, la conexión de actividades y conocimientos entre los entornos rural y urbano y la identificación y desarrollo de proyectos piloto/innovadores que contribuyan al fin de la asociación.

El trabajo que llevan a cabo este grupo de personas de manera voluntaria demuestra el beneficio que supone sustentar el valor social y ambiental que producen los terrenos, debido a la biodiversidad que encierran, su historia, las personas que implican, la colaboración entre generaciones, la conservación del paisaje y la recuperación de los suelos.

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