Diario de León

TRIBUNA | Nosotros, concejales de pueblo

En 1978, cuando se aprueba la Constitución, salvo el PCE, todos los partidos defendían ‘León solo’. Todos, hasta la UCD de Martín Villa. ¿Es que entonces esa postura era constitucional y ahora no?

Publicado por
Luis Herrero Rubinat | Exdiputado provincial
León

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Somos de pueblo, y a mucha honra. También somos concejales de pueblo, en muchos casos de pueblos pequeños en este León despoblado. Pero eso no significa que seamos unos palurdos ignorantones sin personalidad para dirimir, argumentar y decidir por nosotros mismos. Nos minusvaloráis, mal que os pese. Porque vosotros, partidos fatuos, nos tratáis como si fuéramos monicacos: una patulea de especímenes dóciles y sumisos. Un rebaño.

Por eso ahora aparecéis como domadores, empuñando el látigo, aro en alto, amenazando con todo tipo de castigos a unos humildes concejales en el caso de caer en herejías tales como pensar por nosotros mismos, atender a las aspiraciones autonómicas de nuestros vecinos o simplemente votar en conciencia. De apostar por la democracia frente a la partitocracia. También por esa razón nos remitís un argumentario para que defendamos las bondades de la autonomía castellana y el apocalipsis que sobrevendría si atendiéramos las aspiraciones de los leoneses. Vosotros, desde vuestra clarividencia, tenéis que alumbrar el camino a esa caterva de paletos lerdos que conformamos los concejales de pueblo. Hasta tenéis la deferencia de escribirnos un discurso para que lo leamos en los plenos autonomistas no sea que, en nuestra supina ignorancia, nos salgamos del guión.

Hemos de gritar alto y fuerte que España se rompería. Eso es lo que decís vosotros, partidos fatuos, cuando os queréis sacudir las aspiraciones de León. Sois ridículos. Cuando el escudo nacional reserva un cuartel a León y nuestro himno comienza afirmando que ‘Sin León no hubiera España’, no hay nada más que añadir. Solo desde el desconocimiento y la falta de pundonor se puede utilizar un argumento tan endeble. O desde la mala baba, como la que han demostrado estos días algunos de nuestros conspicuos prebostes.

Claro que tenéis dos varas de medir muy distintas. Ahí están las concesiones que habéis hecho unos y otros a nacionalistas y separatistas para disfrutar de pensión completa en La Moncloa: que si replegáis a la Policía Nacional y a la Guardia Civil en determinadas comunidades, que si les concedéis continuos privilegios fiscales para agravar aún más las diferencias entre españoles, que si os doblegáis siempre ante vascos y catalanes. ¿Cómo vamos a clamar que España se rompe con la autonomía leonesa cuando algunos acabáis de pactar un referéndum para que los catalanes decidan sobre un hipotético acuerdo entre Sánchez y Torra, antes incluso de que ese acuerdo sea debatido y aprobado por el parlamento español?

Que el momento para pedir la autonomía leonesa no es el más oportuno puede tener sentido. Pero, al contrario de lo que sostenéis, no es porque desde León se pretenda romper España, sino porque se evidencia el abismo que existe entre las pretensiones (modositas) de los leoneses y las concesiones (ilimitadas) que vosotros mismos satisfacéis a los nacionalistas al iniciar cada legislatura.

Siguiendo con vuestro argumentario, nos pedís también que gritemos alto y fuerte que sería inconstitucional que León mereciese el mismo reconocimiento que La Rioja, Asturias o Navarra, aunque no entendamos por qué. Creemos que para autoridad en la materia ninguna como la de Tomás y Valiente. Y todos sabemos que opinaba.

Más aún. En 1978, cuando se aprueba la Constitución, salvo el PCE, todos los partidos defendían ‘León solo’. Todos, hasta la UCD de Martín Villa. ¿Es que entonces esa postura era constitucional y ahora no? ¿Es que el añorado Baldomero Lozano, del PSOE, uno de los mejores parlamentarios que tuvo esta provincia, era un político sospechoso de defender tesis inconstitucionales? ¿Cómo olvidar la pancarta que portamos orgullosos en la manifestación del 4 de mayo de 1984, esa que rezaba «somos socialistas, pero antes leonesistas»?

Tampoco es sencillo de entender la postura del PP. Un partido que solo aceptó la autonomía de Castilla y León a partir de 1987, casualmente cuando José María Aznar ganó y gobernó la Junta. Antes, en 1983, en la aprobación del Estatuto de Autonomía, Alianza Popular no votó a favor, sus diputados decidieron abstenerse (entre otros Fraga y el propio José María Aznar), aunque dio libertad de voto y los leoneses y segovianos votaron en contra. AP también recurrió el Estatuto al Tribunal Constitucional, convocó la manifestación de 1984 y, en el congreso celebrado en Palencia en 1985, manifiesta que habrá de tender «a una consulta popular en todas las provincias» de Castilla y León. ¿Acaso fue el Partido Popular en aquellos años un peligro para la unidad de España? ¿Atentó entonces contra la Constitución? ¿Puso en riesgo al país?

Así que sería conveniente que os explicarais mejor, partidos fatuos, con argumentos más creíbles para no evidenciar lo mucho que nos minusvaloráis a la gente de pueblo y a los leoneses en general. No insultéis nuestra inteligencia. Porque la realidad no es que nosotros, concejales de pueblo, seamos unos mastuerzos, sino que vosotros sois unos fulleros. Hacéis trampas a todos: a León, a los leoneses y a vuestros propios conmilitones.

Estas líneas pretenden dar contestación a ese argumentario para necios que nos habéis hecho llegar, y que resulta infumable. Si os complace, seguid amenazándonos desde vuestros lejanos despachos con todas las represalias que gustéis. Como en los viejos tiempos. Pero recordar, por si lo habíais olvidado, que en los pueblos se vota a la persona antes que a las siglas. Y que aceptando integrar vuestras listas municipales el favor lo hacemos nosotros, los concejales al partido. No al revés.

P.D.: ¿Tan poderosos y espurios son los intereses que os mueven para que no reconozcáis el error histórico que habéis cometido con León y rectifiquéis?

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