Diario de León

La Passio, charlas, tapeo… Y papones en falsa piedra

Publicado por
Máximo Soto Calvo, Asociación Pro Identidad Leonesa
León

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Algunas reflexiones por la ocasional Semana Santa procesional, fuera de su tiempo como lo demostraba que, a la par, se estaban preparando los tradicionales festejos de San Froilán.

De ciudad desnuda, ya iniciado el «ensanche», aludo a carencia de recuerdos históricos mediante monumentos o estatuas, estamos pasando a lugar ciudadano moderno donde se colocan obras (puede que menores) que no aportan demasiado, algunas, y otras parecen un querer y no poder, cuando no de un simbolismo a perdedor, y en esto último coloco al humillado león del sumidero de reciente factura.

Coincidente con el Encuentro Nacional de Cofradías penitenciales, este año acogido en Legio, municipalmente se ha patrocinado una escultura, parece que no alusiva a tal acto, sino representativa del paponaje leonés de larga tradición, de modo especial simbolizada en los capillos de antiguo, pues los capirotes vendrían después. Si he de ser sincero, no me satisface. Ya tenía bastantes resquemores hacia ella, al contemplar el boceto tiempo atrás presentado en los medios. También discrepé de los lugares donde se insinuaban como ubicación; y para el elegido ahora, diré sencillamente aceptable.

«Ayer» me planté ante ella, giré en su entorno pasando la mirada con detenimiento, por si, de cerca, mejoraba la impresión que distante o en perspectiva no surgía. Iba un tanto predispuesto, es posible. Vi demasiado estatismo en el trío respaldado mediante tres sillares que según lo dicho evocan la Catedral, a ella que es «vaporosidad» y luz… y la impresión de bloque me añadió confusión, junto a su basa: un peligroso plano inclinado, un «pelín» desconcertante, si no es que, puestos a simbolizar, queramos ver lo leonés en su forzado declive, cuesta abajo, por mor del ente autonómico y nuestra tolerancia; perdón por la digresión, aun cuando la considere oportuna.

Cierro el comentario sobre el grupo escultórico, añadiendo que la ausencia de emblemas cofrades dan neutralidad a los personajes, eso sí, sustituidos por tres detalles catedralicios. Quede claro que no vengo de censor, perdone el autor la opinión de un leonés a veces demasiado crítico.

Cuando la mortífera pandemia ya ha cedido en empuje, los papones leoneses se han mostrado propicios a pujar sus pasos más representativos, mostrar y poner en valor lo propio, en un recorrido y día fuera de lo tradicional. El 25 de septiembre a las 18.30 h. me acerqué al punto de partida, allí donde los férreos carriles han desaparecido, pero que aflorarán no mucho más allá, allende Trobajo, donde nos siguen diciendo lo que no puede ser tolerable, y ya pude ver en la calle que discurre por delante de la fachada del Palacio de Exposiciones, Gómez de Salazar, cómo los pasos estaban alineados prontos a partir a hombros cofrades.

Cerca de éstos, caminando lento, tenía la impresión de estar ante una representación plural de lo que es la sociedad, no paritariamente, más hombres que mujeres, que ya se van hermanando en creciente número.

El grado de religiosidad que aportan o viven, como es natural lo desconozco, y si se consigue una subjetividad compartida

El sol ya declinante apenas si podía contrarrestar, el repentino viento frío del atardecer, pero sí lograba que, con su iluminación, en la distancia, todo pareciera extraño, y, al aproximarme, su incidir sobre el oropel de los tronos, parecía señalar el punto no deseable de ampulosidad que éstos exhiben. Cierta prevención hacia ellos, los tronos, ya tenía, y se agrandó. Sin duda ¡un tema para meditar!!

Tras una oración del sacerdote oficiante, y su deseo de ¡¡buena procesión!!, bien musicalizado el cortejo partió por un casi recto trazado hasta la Catedral. Estábamos ante el colofón del 33 Encuentro de Cofradías de España, mediante La Passio Legionensis.

Aquí va un doble inciso, a modo cierre. El añorado Museo de la Semana Santa Leonesa, largamente esperado, al fin ha tenido (no precisamente en este momento) un acogimiento o emplazamiento natural si se quiere, precisamente en el Seminario junto a la Pulchra, pero que al ser propiedad episcopal el continente, lo condiciona a su feudo y lo encabeza nominalmente como «Diocesano...», Y las cofradías, lo que han de aportar, el contenido, son muy celosas de ello, de sus pasos, ¡naturalmente!

En el profano tapeo, programado y casi imprescindible, entiendo que no debió faltar la limonada (según cánones leoneses) sin alusión a supuestos judíos que parece conveniente omitir, siendo ésta a la Semana Santa leonesa, lo que la morcilla leonesa (picantita y sosa para ser graciosa) lo es a los festejos de San Froilán: ¡de obligada tradición! No dudo que habrán sabido dar buena cuenta de ello, los de aquí y los asistentes al Encuentro.

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