Diario de León

TRIBUNA

¿Qué busca el Consejo de Pesca?

Publicado por
Tomás Gil. Criador de gallos y montador de moscas
León

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No sé ni qué título poner a esto, ya que somos pocos los que nos dedicamos a que el turismo funcione. Me explico. Soy montador de moscas con título y con carnet artesano, criador de gallos de León, con explotación en regla, guía de pesca homologado por la Fundación Patrimonio Natural de la Junta, e instructor de los guías de pesca del proyecto Ninf@ Calidad, coordinador de sus guías, coordinador de más de mil plazas de turismo rural en Castilla y León, colaborador de revistas y programas de radio y televisión en Europa, escritor de dos libros de moscas para la pesca, director y presentador del programa Locos por la pesca , y sobre todo pescador.

Llevo 30 años en este mundillo en el que por lo visto los únicos que mandan son los ilegales. Para prueba el consejo de pesca, un consejo en el que nadie sabe quién manda ni quién lo compone. La prueba es muy simple. Un madrileño —que algún favor le deberá el que lo sentó... ah! que es su compañero de pesca— es el que representa a los pescadores castellanos y leoneses. Un tal Luis Quesada, que como era amigo del viceconsejero anterior y compañero de pesca, sigue sentado en su poltrona. Pescador de mosca seca que por tanto odia a los ceberos y de ahí la prohibición del cebo. No sabe pescar a ninfa con tamden... pues más de lo mismo, prohibir las ninfas.

Esto es lo que tenemos. Un consejo que no sé a quién representa ya que ni pescadores de cebo, de cucharilla o de mosca están presentes. Un consejo formado a dedo por quien les interesa a los que sacan dinero del agua, que se callan o simplemente miran para otro lado. Un consejo que da dineros nuestros a quien les dé estudios para que nos callemos la boca. Un consejo donde miran por sus intereses y no por los de los pescadores.

Y os digo el por qué. Y no soy Mouriño. Prohibir cebo no da dinero y encima buscamos culpables de nuestra ineptitud. Sacas de truchas con la pila para nadie sabe el porqué. Porque las sacan, yo he presenciado alguna y hasta lo han publicado. Prohibir pescar a los que libran los lunes. Eso me hace gracia porque igual son los pescaderos y los peluqueros los que joden el río. Prohibir hacer defensas en los ríos a los ribereños o limpiar frezaderos. Esto es lo que más gracia me hace. Una persona que tiene una finca al lado del río y la quiere proteger, que encima está haciendo un refugio de truchas, ¡está prohibido! Querer prohibir el tamden de ninfas porque el jefe de servicio de León está cabreado con la competición.

Ellos pueden enderechar curvas, pueden con máquinas quitar arboles de primera línea de vegetación —ya que los que lo hacen son amigos de alguien—, pueden cegar pozos, pueden sin autorización trasvasar, pueden dar autorizaciones a minicentrales para que hagan con el agua lo que les venga en gana, desembalses masivos en pantanos, sacar truchas madres cuando les da la gana para repoblar basura que nadie sabe dónde, repoblar con especies foráneas y luego echar la culpa a los pescadores... Para muestra un botón. He visto a guardas sembrar cangrejo señal y resulta que ahora son malos.

Malos son los gestores, malos porque no saben ni lo que dicen ni lo que hacen. La pena es que nadie pide responsabilidad de las masacres que han hecho, les dan ríos con vida y los destrozan, son una lacra para los ríos y sobre todo en León son terroristas en potencia. No sabemos qué buscan ya que los que pagamos los impuestos y vivimos de la pesca no lo entendemos.

Ésta es la última de este consejo que apuesta por ríos vivos y turismo rural. Cerrar la veda el 30 de septiembre porque la pesca sin muerte estresa a las truchas. No las estresa la pesca con muerte ni los cormoranes que entran en el río cuando se cierra la veda. Perdonar por esto... jua, jua, jua, jua.

No las estresa Manolo el guarda de la pisci cuando con la pila busca fregones, o alguna mente que cobra hace un muestreo cuando están frezando, que lo pagamos todos. No las estresa que les quiten el agua en todos los ríos naturales de junio a octubre para regar cunetas, ni las minicentrales con sus subidas y bajadas en seco. No las estresa la pila en el Curueño cuando las sacan todos los años de Gallegos hasta la desembocadura sin ton ni son.

Los pescadores somos los culpables de todos sus atropellos. Pero sin preocuparse. Seguirán pagando nuestros ríos y nuestras truchas. Según la ley de pesca, por el turismo rural y la pesca —todavía no entiendo esto, ya que en el consejo de pesca no hay ningún guía de pesca—, hay 75 guías en Castilla y León que la Fundación sabe, 1.000 plazas de turismo rural a pie de río que nadie cuenta con ellos, 190.000 licencias de pesca pero ningún pescador está en ese consejo que dirigen los amigos de alguno.

Señor consejero Antonio Silván, usted sabe de nuestro trabajo, sabe de nuestras metas y de nuestra inquietud. Solo pedimos que se nos deje trabajar ya que somos de los que pagamos con nuestro trabajo y nuestros impuestos esto. Pagamos a vividores que su trabajo les importa poco. En una reunión le dije que podía contar con nosotros y me está defraudando. Seguimos con lo mismo. Un consejo sin criterio, enfrentado con los pescadores. ¿Sabe lo que más pena me da? Que estos personajillos pasarán a la historia por cargarse los ríos y las truchas de nuestra Comunidad y con ello a los criadores del gallo de León y a los montadores. Si me lo permite le voy a dar un consejo. Déjese aconsejar por pescadores y por gente que vive de esto. Nunca pensé decirle esto, pero me da pena. Se cargaron la consejería anterior. No deje que le arrastren a esto. Párelo, pero párelo ya. Hemos apostado por usted. Haga un consejo de pesca con criterios y quite de en medio a quien destroza nuestros ríos. Se lo dije cuando me preguntó por los ríos que estaban vivos. Usted lo dijo en una presentación, pero omitió mi respuesta: «Vivos donde la Junta no toca».

Sabe quien soy, sabe que lo único que me preocupan son los ríos, los gallos, y las truchas. Como a mí, a todos los pescadores. Plántese. Los ríos naturales, sin muerte. Quite los vedados ya que son la despensa del furtivo. Vuelva a poner los guardas de río, que los tiene muy buenos. Fernando el de Lugan, Aurelio el de Vegas... guardas con mayúsculas, trabajadores cuyo único fin es cuidar el río y sus habitantes. Lo que más me duele es que encima no son pescadores, pero son ¡grandes!, muy grandes, esos que los pescadores nos sentimos orgullosos cuando nos piden la licencia. Busque gente como esa. Verá como todo cambia.

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