Diario de León

Creado:

Actualizado:

Estamos en periodo electoral. Los que están en el poder no lo quieren perder y los que no están quieren alcanzarlo. Las elecciones son una lucha cruel. No importa los medios que se empleen, lo fundamental es que el pueblo me crea ya que el único objetivo es mantener el cetro y seguir en la poltrona.

Mucho, se está hablando de las promesas de Pedro I, el Mentiroso. De cómo alcanzó el poder y de lo que promete para no perderlo. Antes de llegar a la Moncloa sabemos lo que dijo. El presidente del Gobierno Pedro Sánchez repitió hasta la saciedad que no llegaría a La Moncloa gracias al apoyo ni de Podemos, ni de ERC ni de Bildu. Éstas son todas las veces que lo prometió en falso y ante las cámaras que no habría tratos con comunistas, separatistas y proetarras, fuerzas políticas que ya no le quitan el sueño al presidente Sánchez.

Después, meses y meses de negociación, una investidura fallida y una repetición de elecciones, Pedro Sánchez fue investido gracias a las abstenciones de ERC y Bildu. Sin separatistas y proetarras, la aritmética parlamentaria no le hubiese permitido sentarse de nuevo en el sillón de La Moncloa.

Para garantizarse seguir en el Palacio de La Moncloa, Sánchez ha tenido que pagar un precio muy alto, renunciando a las que dijo que eran sus convicciones.

Durante la investidura fallida, Sánchez se dirigió a un Pablo Iglesias que ya había anunciado su voto en contra con estas palabras: Le diré algo, señor Iglesias, si para ser presidente del Gobierno tengo que renunciar a mis principios, si tengo que formar un Gobierno a sabiendas de que no será útil a mi país, entonces usted está en lo cierto: yo no seré presidente ahora. Pedro, al final, pactó con Iglesias, con los terroristas de Bildu, con los separatistas y con otras fuerzas minoritarias para llegar a la Moncloa. Por sus incumplimientos, Luis del Val, entre otros comentaristas, le puso el apodo de Pedro I, el Mentirosos. Ya sabemos el dicho, miente más que habla. Como se suele decir, es un mentiroso compulsivo. Algunos sicólogos lo han tildado de neurasténico, siendo un peligro nacional porque sus distorsiones mentales llevan al país a la ruina y hecatombe. Por supuesto, con el Partido Popular menos, porque es un partido indecente.

Todos los políticos son unos mentirosos, pero el Guinness se lo lleva Pedro Sánchez Castejón. Los españoles, cada vez menos españolidad hay, se tienen que dar cuenta que se está desmantelando el Estado. Ya ha procurado Pedro tener en las Instituciones y, sobre todo en los poderes judiciales, a sus guardianes para que todas sus mentiras sean sentenciadas como verdades.

La españolidad es un concepto ya no es una realidad. Políticamente el Estado está roto, España ya no es una gran nación. España es una piel de toro carcomida. Cataluña ya no es España, ni Euskadi y camino de no serlo, Baleares, Valencia y Galicia. No solo se están atentando contra todos los principios constitucionales: perdón a los golpistas, perdón a la malversación económica.

Ya no tiene castigo ir contra la Constitución. El castellano ya no es la lengua oficial del Estado. El castellano quedara reducido a las antiguas regiones que llevan la españolidad en sus genes.

Vamos a desmantelar el estado económicamente. Se endeudará para muchas generaciones. La deuda que se acumula solo tiene un objetivo, mantenerse en el poder. Lo más grave ya no solo es eternizarse en la Moncloa lo más grave empobrecer la sociedad española y convertir España en un estado comunista para vengar la historia y cargándose la monarquía y proclamar la III República. Todas las leyes y promesas tienen un objetivo, no perder el poder. La Ley de la Vivienda no tiene otro objetivo que legalizar a los okupas y nacionalizar la producción, concepto marxista comunista.

Hay dos colectivos determinantes en una elección: los jóvenes y los pensionistas. Estos colectivos sensibles serán determinantes en unas elecciones. El sistema de pensiones está colapsado, pero se ha conseguido contentar a los pensionistas con la subida de un ocho por ciento. Se está lanzando muchas promesas a los jóvenes. Un día, cuatrocientos euros para invertir en ocio. Otro día, doscientos euros para complementar becas. Ahora, se promete ayudas para viajar hasta un cincuenta por ciento y la bomba de relojería está por llegar si no es en estas elecciones será en las próximas. La ministra modelo y, a la sazón ministra de Trabajo, una tal Yolanda Díaz, ha propuesto un nuevo cheque de 20.000 euros para todos los jóvenes que cumplan 18 años, con el objetivo de que lo inviertan en vivienda, emprendimiento y formación.

Las promesas electorales son falacias, pero ya sabemos que cuando se echa la red muchos caen atrapados porque como se suele decir nada tengo e igual algo me cae.

Los españoles debemos ser conscientes que caminamos hacia un estado totalitario, comunista, degenerado, que conduce a la miseria y pobreza. Los populismos están arruinando los países hispanoamericanos. Nicaragua, es una dictadura y el nicaragüense está rozando la miseria. La miseria es una realidad en Venezuela, uno de los países más ricos del mundo. Miseria tenemos en la Argentina, la despensa agrícola y ganadera. Cuba es un dolor y es un vivir muriendo. Mientras, sus dirigentes están en la poltrona de los palacios, podridos en la corrupción. Han implantado el principio maquiavélico, mira cómo puedes engañar al pueblo y después haz lo que te convenga. Parodiando a Antonio Machado: Hay un Presidente, que quiere vivir y seguir viviendo, entre una España que muere y otra España que bosteza. Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón y solo por un dirigente que es un felón.

Ya sabemos lo que son las promesas electorales. Ninguna se cumple, pero la demagogia de la izquierda y extrema izquierda tiene fuerza en mentes débiles. Nada tengo y puede ser que tenga algo. Pedro I, el Mentiroso, solo tiene una obsesión, mantenerse en el poder.

tracking