Diario de León
Publicado por
ERNESTO ESCAPA
León

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Durante un cuarto de siglo largo, Red Eléctrica Española, que ahora preside el zamorano Folgado (en claro, jodido), ha ido haciendo gasto para enlazar sin rodeos las térmicas de Asturias y Velilla del Río Carrión, en la montaña palentina. Sólo los últimos relevos presidenciales del melómano popular Mielgo y del socialista Atienza (portavoz de Rosa Díez en el congreso triunfal de Zapatero) han costado cuatro millones de euros. En un principio, los proyectistas de la línea de alta tensión tiraron recto, de manera que la travesía leonesa yugulaba la montaña de Riaño, desde el Puerto de Tarna hasta la cabecera del Cea. A nadie importó si aquellos parajes estaban declarados espacio natural. El planteamiento consistía ni más ni menos que en la tala y devastación de un holgado corredor de cuarenta metros a lo largo de medio centenar de kilómetros protegidos.

La cabezonería mantuvo ese rumbo durante casi dos décadas, con los cables suspendidos de las torretas en la frontera de Tarna. Al fin y al cabo, se trataba de optimizar, que es un verbo que da mucho juego a la hora de echar cuentas entre perillanes. Pero no pudo ser, claro. Así que después de veinte años de tanteos y pleitos, tuvo que deslizarse la tentativa de la montaña oriental a la central. Y en esa deriva consumió otros cuantos veranos, mientras recibía el rechazo de manifestaciones comarcales, pronunciamientos líricos y toques de campana a concejo. De hecho, el asunto ya olía a revenido. Ahora, el ministro Soria, que es el que acaba con todo menos con los vuelos subvencionados a sus islas, ha decretado que este tendido ya no es urgente.

Como es posible que este alboroto rebrote, a poco que mejore el consumo, conviene analizar sin tapujos el disparate, que han promovido sucesivamente socialistas y populares. Porque en el corte de ese tendido nunca van a faltar los provechos. Ahora mismo, las centrales de Lada y Velilla ya están conectadas a través de la térmica de La Robla, que a su vez lo está con las del Bierzo. Los cables pasan por las eras de mi pueblo. O sea, que el circuito para llevar los kilovatios de nuestros yacimientos de energía a las pujantes periferias industriales ya está operativo. La línea de alta tensión entra por Pajares y baja por el valle de Gordón hasta la encrucijada de La Robla. El argumento para el nuevo trazado es la saturación de ese corredor, que no admite duplicar el tendido. Claro que los peor pensados interpretan el intento de atajo como una maniobra para descolgar en un horizonte no muy lejano a las térmicas leonesas del circuito energético prioritario. Lo más triste ha sido el doble juego de unos y otros, en función de quién manejaba los cables. El enredo puede volver y que ya no quede gente para protestar.

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