Diario de León

Tribuna | Representantes ¿de quién?

Publicado por
David Díez Llamas | Sociólogo
León

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En mi opinión un factor clave en la interpretación del debate sobre la autonomía leonesa es el relativo al propio concepto de «representación». ¿A quién representan los políticos que surgen de los resultados electorales? En unos casos se interpreta que son «representantes de sus votantes» y en otros «del partido» por el cual se han presentado.

En el proceso autonómico Martín Villa exigió a los cargos electos de su partido, obediencia a lo que eran sus propias demandas. Es decir, obediencia al partido por encima de lo que pudieran pensar las personas que les hubieran votado. Este hecho quedo en evidencia cuando el partido fracasa y entonces esos cargos se ven liberados de esas presiones y en función de ello promueven en la Diputación de León (que aún gobernaban) una moción favorable a alcanzar una autonomía leonesa que ganan por 20 votos frente a 4.

El caso contrario lo hemos visto estos días en el Ayuntamiento de León en el que el alcalde y los concejales socialistas han apoyado una moción que reivindicaba una autonomía leonesa. Se ha primado «el representar a la ciudadanía» por encima de lo que sean las exigencias de partido.

La moción favorable a la Región Leonesa ha salido adelante con los votos de la izquierda. Es curioso, por cuanto durante un tiempo se acusaba a los leonesistas de situarse a la derecha.

La realidad es que la reivindicación leonesista es independiente de la posición ideológica de cada cual. Partidarios del reconocimiento político de la identidad leonesa existen en todos los partidos. En el pasado podemos recordar que tuvieron posiciones en defensa de la autonomía leonesa de forma significativa José María Suárez (que promovió los recursos jurídicos contra la integración leonesa en esa autonomía) o Juan Morano (por poner sólo dos ejemplos). También en las mociones presentadas (en el 2019) en otros ayuntamientos se han hecho con los votos favor de la autonomía leonesa de representantes del PP y curiosamente en alguno de ellos con la oposición socialista.

En la historia podemos repasar como las posiciones políticas han sido variantes en todos y cada uno de los partidos. Pero claro el señor Silvan tiene su teoría del retrovisor (lo que supone decir que hay que olvidarse de quién fue Miguel Ángel Blanco y «mirar hacia delante»). Para mi sin embargo hay que tener muy presente el pasado como garantía para conseguir un futuro mejor. Es muy mala noticia que la mitad de los universitarios desconozcan quién fue Miguel Ángel Blanco o que sea mucho más conocida la figura del Cid que el que la Unesco reconozca como Cuna del Parlamentarismo al Reino de León.

Es un hecho lamentable la falta de profesionalidad que se ha podido ver en muchos medios de comunicación. Ello con independencia de la opinión que cada cual pueda tener. Así, hay que decir que es falso aludir al concepto de «independencia» al tratar esta cuestión. Curioso que se digan este tipo de cosas cuando en la concentración leonesista se cantaba «Sin León no hubiera España».

Es mentira que esto surja como una derivación de lo que sucede en Cataluña. Son muchos años, diría que muchos siglos, en lo que este debate está presente. Eso es un hecho objetivo que sólo se puede obviar desde el desconocimiento o desde la mala intención.

Comparar la historia leonesa con la de «mi comunidad de vecinos» o con «el cantón de Cartagena» es insultar desde la ignorancia. Lo malo es que incluso aquellos que tienen altas responsabilidades políticas hacen este tipo de comentarios.

Incluso alguno ha venido a decir que está cuestión surge desde «las hordas marxistas». Curioso por cuanto conozco a alguna persona que es votante declarado de Vox que defiende el reconocimiento de la Región Leonesa en el marco de la España Autonómica. Parece que todo vale con tal de intentar quitar votos al rival electoral.

Un partido que se denomina «Ciudadanos» no puede alejarse tanto de aquellos a los que se supone pretende representar. La unidad de España se construye desde el respeto a su diversidad y pluralidad. Es una evidencia que los motivos que llevaron a crear la autonomía de Castilla y León como dique de contención a los nacionalismos periféricos han fracasado. Sin embargo, hay que conocer todos esos procesos para evitar caer en los mismos errores.

También no deja de ser curioso el tratamiento informativo que se ha dado a la concentración leonesista. He visto que se ha hablado de «fracaso» o de «decenas de concentrados» (lo que es claramente falso). Reto a quien lo considere, que me diga una sola concentración en la Región Leonesa favorable a la autonomía de Castilla y León en los últimos 40 años. Es decir, a unos se pide que sean miles, aunque «los otros» sean cero. Bueno pues equilibrio en el tratamiento informativo.

La ciudadanía siempre agradece que se primen sus intereses por encima de lo que pueda decir un determinado partido. Los liderazgos políticos siempre se han sustentado en ese principio de aceptación ciudadana.

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