Diario de León
Publicado por
Cándido Soto Martínez
León

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El paisaje callejero de luces y adornos propios de esta época no logra amortiguar ni disimular el panorama incierto que planea en el horizonte sobre el pequeño comercio. No obviamos la responsabilidad que nos corresponde para frenar esta pandemia. Quienes formamos parte de Aleco, y estoy seguro que así sucede en el resto del comercio de cercanía, hemos invertido el tiempo y los recursos necesarios para convertir nuestros negocios en un punto de encuentro seguro, con todas y cada una de la exigencias sanitarias impuestas por la administración para frenar la expansión del virus. Y por tanto sería lógico y congruente su apoyo claro y firme, sin medias tintas, a este sector tan vital en la generación de riqueza como imprescindible para frenar la despoblación.

Debemos hablar con claridad porque hay demasiado en juego; la reciente declaración de la Consejera de Sanidad, Verónica Casado, alentando a propios y extraños a la compra on line estas navidades, ninguneando el comercio más tradicional y cercano, nos ha sorprendido. No nos asusta la venta en la red, ya hace tiempo que hemos incorporado la opción electrónica, es una herramienta más de trabajo. Lo que nos preocupa es el daño brutal que genera en economías como la nuestra la irrupción de los gigantes de la venta y distribución que, desde Asia o Estados Unidos, ningunean las normas recaudatorias que todos afrontamos, y que sabemos son imprescindibles; es la raíz del crecimiento.

Por tanto, como entendemos que es vital una apuesta sin titubeos de la Administración Autonómica hacia este medio de vida, queremos creer, ¿Somos unos ingenuos? Que la sugerencia de la responsable de la Consejería de Sanidad es un lapsus, un error verbal fruto de un mal día, después de tanta confluencia de datos y que nadie de su grupo o de otras formaciones comparte.

La reciente declaración de la consejera de Sanidad alentando la compra ‘on line’ estas navidades, ninguneando el comercio más tradicional, nos ha sorprendido

«El futuro de cientos de miles de familias de la Unión Europea depende de dónde los ciudadanos decidan comprar en los próximos meses». Este es uno de los párrafos que el director de la Agencia Europea para la Transición Digital, Ricardo Rodríguez Contreras, incluye en la carta que ha enviado a muchos alcaldes europeos de todos los signos políticos y que ha recibido el regidor leonés, José Antonio Diez. El objetivo es claro, que siga el ejemplo de París, Grenoble, Poitiers o Barcelona y anime a los leoneses a comprar en el mercado que crea empleo, da estabilidad y forma parte del patrimonio sentimental de nuestra cultura. El regidor leonés ya se ha sumado a la iniciativa. La carta es aún más explícita; nombra alguna de estas empresas, como Amazon, que, como reza en otro de sus párrafos, «regatean el pago de impuestos y crean empleo precario» y que, recuerda, «son objeto de investigación desde hace años por parte de la propia Comisión Europea».

Algunos medios de comunicación locales ya se han hecho eco de esta batalla emprendida por la Agencia Europea para la Transición Digital, y en sus espacios para la reflexión insisten en lo mucho que nos jugamos en estas rebajas navideñas y en los meses próximos, incluso en relación con la propia entidad leonesa. Y además reflexionan sobre uno de los reclamos-trampa más dañinos que encierran las ofertas de esas mega plataformas logísticas, el precio. Es una regla de tres elemental; la bajada de precios es directamente proporcional al enorme daño que hace al empleo serio y a la volatilidad de ingentes recursos económicos que deberían servir para construir el futuro y que se pierden en paraísos fiscales.

No olvidemos que Castilla y León gestiona las competencias que le permitirían transformar en reglas y recursos económicos la escasa voluntad que ha puesto sobre el tapete, hasta ahora, para evitar la situación crítica que amenaza el futuro de muchas familias. Incluso la actitud de la actual corporación local leonesa ha sido más explicita; dos horas de ORA gratis los sábados por la mañana, que bien podría extenderse a la tarde del viernes, y medio millón de euros en bonos para la compra.

Desgraciadamente dentro de pocas semanas conoceremos las cifras reales de 2020 que anuncian una pérdida mínima de facturación por encima del 40 o el 45%. En el sector hostelero y sus vertientes, el mazazo puede ser de una contundencia que nos preocupa, Estamos hablando de unos 4.000 locales abocados al cierre en este 2020 en toda la provincia.

Estos preludios tan negros frenan los datos de crecimiento registrados en los dos años anteriores, sobre todo en León capital en donde el aumento de empleo y creación de empresas fue positivo. En 2018 se registraban 5.422 empleos y 3.615 comercios de proximidad, y en 2019, al año siguiente, 5.764 empleos y 3.843 comercios. En cambio en la provincia el resultado del bienio fue negativo, ligado, sin duda, al abandono continuado de las comarcas.

Este crecimiento, no debemos olvidarnos, es el resultado del enorme esfuerzo que afrontamos para superar el impacto desmesurado que la primera gran crisis del siglo XXI había provocado en la economía leonesa. Todo esto sucedía ante la indiferencia de buena parte de nuestra clase política, absorta en sus cuitas personales. Y tanta desidia nos lleva a pensar si no ha llegado el tiempo del recambio. Sobre todo si nuestros representantes no son capaces de utilizar todos los medios a su alcance para frenar el abismo que se avecina con el mismo interés que aplican, y sin discrepancias, cuando negocian sus mejoras salariales.

En estos próximos días haremos un alto en el camino para encarar un 2021 que se asoma cargado de interrogantes. Si somos capaces de descifrarlas en clave positiva, con lógica, trabajo y con las ideas claras de cómo podemos y debemos hacerlo, la próxima Navidad podríamos celebrar por todo lo alto que al final hemos sido capaces de hacer cada uno lo que debíamos. Ojalá.

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