Diario de León

Vuelta a las aulas: propuestas, reflexiones y alguna alternativa

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

E plena pandemia con el confinamiento en activo reflexionaba yo en este espacio de el Diario de León sobre las consecuencias de tener cerrados los centros educativos de todos los niveles, pero con especial incidencia en Infantil, Primaria y Secundaria. Allí se revisaban los posibles estragos de la situación de confinamiento con consecuencias irreparables, en algunos casos, por la interrupción del espacio y el tiempo escolares, sin vislumbrar siquiera la duración y las consecuencias educativas de esa nueva situación. No es que aún se pueda aventurar la evolución de la pandemia a la vista de su progresión geométrica en estos meses de verano en los que se nos auguraba la debilidad del virus y su pronta desaparición por el calor. No se han cumplido los pronósticos y nos encontramos ante la próxima vuelta a las aulas sin que nuestras autoridades educativas hayan tomado medidas a pesar de los alarmantes datos de contagio que sitúan a España con más incidencia del virus que Francia, Italia y Alemania (países a los que deseamos emular) juntas. En España la tasa de positivos era el 7 de Agosto de 7,4 % según datos de la Universidad de Oxford mientras que en los países citados está en torno al 2,5 %. Indicaciones de la Organización Mundial de la salud señalan que para volver a las aulas es necesario que el índice de contagios sea inferior al 5% durante los 14 días previos al inicio de las clases. Con esa incidencia de la pandemia si se abren las aulas tendremos positivos y cierres de colegios en masa a pesar de que tanto el Ministerio como las Autonomías mantienen la idea de apertura de centros educativos a toda costa. ¿Hay alguna alternativa posible que permita que los niños y jóvenes puedan proseguir la educación y se evite ese contagio masivo que todo parece indicar que se dará? ¿Qué hacer entre la necesidad de apertura y el peligro de expansión previsible?

No se han cumplido los pronósticos y ahora nos encontramos ante la próxima vuelta a las aulas sin que nuestras autoridades educativas hayan tomado medidas a pesar de los alarmantes datos de contagio

Con ánimo de reflexión colectiva se nos ocurre explicitar algunas de las posibles alternativas que hagan viable la educación de los niños y jóvenes. Con la exclusión de la Universidad, donde por las características del alumnado la tecnología y los turnos hacen posible la continuidad con adaptaciones medias, nos referiremos a las enseñanzas obligatorias: Infantil, Primaria y Secundaria Obligatoria. Tradicionalmente las soluciones organizativas clásicas se basan en variaciones alternativas en el tiempo y en el espacio. Las referidas al tiempo, para mantener la distancia social recomendada, exigen el establecimiento de turnos, generalmente de mañana y tarde para la atención a los alumnos con una densidad espacial de la mitad de la habitual. El problema de esta solución espacial es que exige duplicar también el número de profesores con el consiguiente elevado coste y desajustes personales y sociales en alumnos, padres y profesores, amén del incremento en luz, calefacción, limpieza y desinfección. Sin embargo sería la solución más adecuada para mantener el contacto ineludible profesor/alumno y dar continuidad a la presencialidad necesaria en estas etapas. La propuesta de reducir los grupos de 25 a 22 alumnos o los llamados grupos de convivencia realmente es lo mismo que hay.

La solución espacial se caracterizaría por el aprovechamiento de espacios no habituales como aulas: museos, centros cívicos, polideportivos, etc. en los que la distancia social haría posible que todos los alumnos recibiesen presencialmente la clase de forma simultánea. Tiene parecidos costos que la solución temporal, pero menos dificultad en cuanto a su realización. La simultaneidad en los avances curriculares y el abarcar todo el programa serían sus principales ventajas. En todo caso es ineludible la contratación de gran número de profesores para atender la expansión espacial que ello conlleva y su actualización y adaptación a la nueva situación.

La solución más radical sería la llamada home school, escuela en casa, sea basado en las tecnologías o en la visita periódica del profesorado. Es un movimiento con amplia tradición en Europa y en Estados Unidos, pero que en España cuenta con algunos casos muy aislados y con motivos autorizados por las autoridades educativas. En España esta práctica es alegal y, aunque no se ha condenado a los padres que se inclinan por ella, tampoco se les ha permitido seguir realizándola. La realidad es que las familias que se decantan por esta modalidad alegan que la escuela no les enseña lo que ellos desean para sus hijos y por ello deciden no llevarlos a ella. En la actualidad se ha facilitado esta modalidad desde Estados Unidos, aunque no se reconozca en España por lo que hay familias que simultanean la modalidad legal con la escolaridad en casa guiados por instituciones especializadas en este tipo de enseñanza. Fundamentalmente existen tres modalidades en este tipo de educación en función de lo que constituya la centralidad de la misma: libre, o no formal, curricular, o mixta, entre libre y curricular. Se apoyan mucho en círculos un poco más amplios o en la propia naturaleza (playas, montañas, bosques, vecindarios, parroquias, etc.). Los resultados instructivos de esta forma de educación son muy altos, aunque hay que señalar que quienes se acogen a ella provienen de ambientes socialmente privilegiados y con padres que pueden apoyar al profesorado a distancia. Destacar que en León hubo ya la experiencia llamada Preescolar na casa en el Bierzo con muy buenos resultados. No parece que esta opción sea la deseable en el caso español, aunque bien pudiera flexibilizarse y normalizarse su uso en determinadas circunstancias como la actual.

En todo caso, se adopte cualquiera de las posibles soluciones, o de otras más imaginativas, no hay que perder de vista que los alumnos tienen ya un tiempo de desconcierto desde Marzo pasado, que en algunos casos ha sido productivo y en otros no. Siempre se intenta la recuperación académica en lo posible sin caer en el manido aprobado general, que naciones como Argentina han utilizado, con el compromiso de intensificar y recuperar los aprendizajes en los próximos cursos en una especie de modelo de escuelas aceleradas. Sin embargo no parece ser una solución adecuada ya que no podemos olvidar que en educación el tiempo perdido no se recupera nunca.

tracking