Diario de León

El proteccionismo podría afectar a Alemania, que aporta la cuarta parte del PIB

Bruselas se encomienda a la inversión ante la grave encrucijada económica

Debe cerrar la brecha competitiva con EE UU y China y hacer frente al caos político en París y Berlín

Antonio Costa, Ursula von der Leyen y Roberta Metsola. olivier hoslet

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olatz hernández
León

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En un mundo en el que cualquier debilidad y dependencia es explotada, nuestra libertad y soberanía dependen más que nunca de nuestra fortaleza económica». La frase, pronunciada por Ursula von der Leyen en la presentación del próximo Ejecutivo comunitario, revela la importancia que tendrán las políticas económicas estos próximos cinco años. Para su segundo mandato, la política alemana ha formado la que quiere que sea «la Comisión de las inversiones», que centrará su trabajo en cerrar la brecha de innovación con Estados Unidos y China, e impulsar la descarbonización y la autonomía estratégica del bloque, todo ello en un panorama desafiante y con dos de sus grandes países —Francia y Alemania— sumidos en la incertidumbre política.Los desafíos son mayúsculos en un clima internacional tensado por la competencia con Pekín y Washington, más aún con el inminente regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y una posible ola de políticas proteccionistas.

Estas medidas podrían afectar especialmente a Alemania, que aporta la cuarta parte del Producto Interior Bruto (PIB) europeo y es una de las economías más expuestas.La Comisión Europea ha prometido una estrategia de competitividad para sus primeros cien días de mandato, en el que aplicará las recomendaciones del informe realizado por el expresidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi. El italiano calcula que para cerrar la brecha de innovación con China y EE UU hará falta una inversión de 800.000 millones de euros al año. La incógnita se centra, por tanto, en cómo conseguir ese dinero, ya que los países históricamente austeros (Alemania, Dinamarca, Países Bajos, Austria...) no apoyarán la emisión de deuda común.También harán falta inversiones públicas y privadas para impulsar la descarbonización de la industria europea. El desarrollo de la energía renovable y los acuerdos energéticos con terceros países serán claves para reducir el precio de la energía, actualmente muy superior al de Estados Unidos e incluso se ha planteado una reforma del mercado eléctrico, ya que el sistema actual establece los precios según el tipo de energía más cara, el gas natural.Mientras, Europa está dispuesta a dar la batalla por retener las inversiones y las empresas dentro de su territorio. Prueba de ello es el mecanismo europeo puesto en marcha para evitar la fuga de compañías al otro lado del Atlántico, que flexibiliza las ayudas de Estado y permitió a Alemania movilizar 902 millones de euros para que la gigafactoría de baterías eléctricas Northbolt se construyera en su territorio.Esta herramienta, según Von der Leyen, servirá para «reequilibrar el campo de juego» y «mitigar las desventajas competitivas» respecto a Washington, que puso en marcha incentivos ‘verdes’ por valor de 370.000 millones de dólares.

Europa también está pendiente de la continuidad del apoyo estadounidense a Ucrania con el regreso de Trump, una ayuda que Europa sería incapaz de sustituir por sus propios medios.En clave interna, la UE está inquieta por la inestabilidad política en Francia tras la caída del Gobierno del primer ministro Michel Banier, y Alemania, que celebrará elecciones en febrero.

La Comisión promete una estrategia de competitividad en la que aplicará la recomendación del expresidente de Mario Draghi

El repunte de precios de fin de año complica el rumbo de las bajadas de tipos

Tras meses de moderación de la inflación, el repunte de los precios en la recta final del año ha vuelto a poner en evidencia la dificultad del Banco Central Europeo (BCE) para amarrar definitivamente el indicador a su objetivo del 2% a medio plazo, en un momento en el que cualquier mínimo acontecimiento puede desestabilizar las previsiones. El IPC de la zona euro repuntó por segundo mes consecutivo en noviembre hasta el 2,3%. En España, la tasa subió seis décimas hasta el 2,4%, sobre todo por el alza de la electricidad y los carburantes, los elementos «más volátiles» de la cesta de precios.El profesor de Economía de Esade, Pedro Aznar, matiza que la inflación subyacente, «la que marca tendencia», sigue descendiendo, aunque reconoce que «va a costar» llegar a ese 2% objetivo del BCE. «Habrá que ver cómo evolucionan los precios de la electricidad y de los carburantes para poder descubrir si la crisis inflacionaria está controlada o no», apunta.Ya en octubre, el IPC subió tres décimas respecto a septiembre, después de cuatro meses de bajadas consecutivas, por la recuperación del IVA de los alimentos, que llevaba dos años suprimido o rebajado como medida del Gobierno para paliar la crisis de precios. Además, los analistas esperan a la cifra definitiva del IPC de noviembre —que se conocerá el 13 de diciembre— para comprobar si dentro del repunte se esconde el alza de los precios del sector servicios (hoteles y restaurantes), que preocupan al mercado por su resistencia en el tiempo.Con este telón de fondo, y tras conocerse el repunte de noviembre, las previsiones de Funcas apuntan a que la inflación cerrará 2024 con una media del 2,7%, ligeramente más alta de lo que se preveía hasta ahora. Y la OCDE considera en sus últimas Perspectivas Económicas que el dato se moverá en el 2,8%, moderándose ya al 2,1% en 2025. Es decir, aunque la crisis de precios parece solventada, el BCE tendrá que esforzarse mucho para dar por finiquitada la ‘última milla’ de su lucha contra la inflación. Sobre todo en un momento en el que su principal preocupación ha pasado a ser el riesgo de un frenazo económico. El estancamiento ya se está dejando notar en economías como la alemana, a lo que ahora hay que sumar el posible impacto de la crisis política desatada en Francia, donde la caída del actual Gobierno dificulta, entre otras cosas, la aprobación de medidas para contener un déficit público desbocado por encima del 6%.Bajo ese escenario, el mercado da por hecho que el BCE mantendrá en su reunión del próximo 12 de diciembre la senda de bajadas de tipos de interés que inició el pasado junio.
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