La Junta rebajará el nivel de Lengua en la selectividad para limar las diferencias
La queja de un grupo de profesores ha cuajado y Rocío Lucas confirma la reducción de materia
Editorial | Por una selectividad justa e igual, pero sin devaluarla

Alumnos leoneses durante la última prueba de la Ebau en la Universidad de León. fernando otero
Castilla y León es una de las autonomías que más exige a sus alumnos en la prueba de acceso a la universidad. Una queja que se ha mantenido presente en los últimos años y que ha dado pie a la demanda de que se fije una Ebau única a nivel nacional o que, al menos, ante el hecho de que las competencias de Educación están transferencias a las autonomías, la prueba sea lo más homogénea posible y se celebre el mismo día en todo el territorio nacional a fin de conseguir una prueba más equitativa. Ayer, la consejera de Educación, Rocío Lucas, anunció que, ante la reclamación de un grupo de profesores de Lengua y Literatura, una de las materias obligatorias para todo el alumnado, el contenido al que se tendrán que enfrentar los alumnos en junio será menor que el planteado inicialmente.
«El objetivo es que los alumnos de Castilla y León estén en igualdad de condiciones que los del resto de España y cuando la diferencia es grande, como en este caso, se corrige, que es lo que ya se ha propuesto», dijo la consejera, con relación a que el estudiantado de Castilla y León tenía un elevado volumen de lecturas obligatorias en segundo de Bachillerato, 16 en concreto, que entrarían en la selectividad y que, tras las quejas del profesorado, éste se rebajará.
El próximo mes de junio, el alumnado se enfrentará a una nueva prueba, la PAU (Prueba de Acceso a la Universidad) que sustituirá a la Ebau y que es el resultado del último cambio en la normativa educativa. El modelo de la PAU implica un nuevo concepto en la prueba, que tiene en cuenta más el razonamiento que la memorización y fija que las faltas de ortografía y la expresión escrita se valorarán mucho más e incluso que restarán en la nota final.
La ministra de Educación, Pilar Alegría, anunció que se trabajaría en la homogeneización de la prueba, para equiparar la exigencia del alumnado ya que después España es un distrito único universitario, es decir, independientemente de en qué comunidad se examine un alumno, éste puede matricularse en la universidad que quiera. En esta línea, las once autonomías gobernadas por el PP trabajan en la organización de una Ebau única a fin de que no existan diferencias significativas entre las pruebas de estos territorios. Así, los consejeros populares fijarán fórmulas para unificar los días de las pruebas, los contenidos básicos a preguntar, el modelo de examen a realizar y los criterios de corrección a aplicar en todos los lugares a cada una de las 15 asignaturas que forman parte de la fase obligatoria.
La PAU se celebrará este año los días 5, 6 y 7 de junio, en la convocatoria ordinaria, mientras que la extraordinaria será el 8, 9 y 10 de julio. Como es habitual hasta ahora, cada uno de los ejercicios, es decir, el examen de cada materia, tendrá una duración de 90 minutos y entre prueba y prueba habrá como mínimo un descanso de media hora. Los alumnos se presentarán a las materias comunes y a las específicas obligatorias de modalidad, es decir, de la rama que hayan escogido. A mayores, podrán presentarse a materias optativas a fin de conseguir hasta los 14 puntos, la nota máxima que se puede alcanzar para aspirar a los títulos con más demanda.