Diario de León

Un libro sobre la patografía en España

La enfermedad y el cómic: un nuevo análisis de la medicina gráfica española

Inés González, doctora por la Universidad de León en patografía, publica por primera vez un extenso análisis sobre la representación de la enfermedad en cómics de autor españoles

Inés González, autora del libro 'La patografía en España. Visiones y relatos sobre la salud en el cómic'.ÁNGELOPEZ

Clara Barrio
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León

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El cómic tradicionalmente se ha asociado con obras para niños, es decir, pequeños relatos que buscan entretener con historias livianas a un público infantil-joven. Sin embargo, es una percepción muy alejada de la realidad. Este formato narrativo compuesto de una secuencia de viñetas cuenta desde una perspectiva única historias sobre la realidad. Y, en las últimas décadas, se ha consagrado como una de las fórmulas más novedosas para representar la enfermedad gracias a la particular conjunción del texto y la imagen.

Inés González, doctora por la Universidad de León en patografía gráfica, ha analizado por primera vez en un libro la historia de estas representaciones en el cómic español. Su libro se enfoca en «analizar las representaciones específicas de la salud en el cómic» y «es el resultado de mi tesis doctoral». «Yo hice mi doctorado sobre el género de la patografía en el cómic español. Entonces después de algunos retoques salió el libro. Empecé a investigar sobre la medicina gráfica en 2016-2017 cuando estudiaba mi máster en Literatura Comparada y en aquel momento saqué mi anterior libro ‘Imágenes de la enfermedad en el cómic actual’. Es una investigación más sencilla y condensada que versa sobre la misma cuestión: las representaciones de la salud en el cómic actual, pero el segundo libro se centra más en el cómic español», detalla la investigadora.

González recalca que aunque el estudio de la representación de la enfermedad se lleva haciendo desde hace tiempo en la medicina gráfica, «nunca se había hecho sobre el cómic en España de forma tan extensa». «En el libro defino qué es la patografía que es como llamamos a este género en el mundo del cómic, determino cuáles son los recursos expresivos específicos que tiene el cómic para representar la salud desde el punto de vista humano e intento trazar un panorama sobre esta temática en el cómic español. Para ello, he seleccionado 60 obras publicadas entre 2007 y 2020. A partir de ellas investigo las temáticas comunes y otro tipo de factores editoriales para poner en valor esta temática en el cómic español», apunta.

Sus investigaciones se encuadran dentro de una subdisciplina dentro de las humanidades sanitarias que se conoce como medicina gráfica. La experta explica que «a la medicina gráfica le interesa el cómic para la divulgación de la medicina y la salud, las autobiografías que narran una enfermedad, el cómic de ficción en el que se habla de la enfermedad y la salud de una manera amplia». No obstante, la mayoría de obras gráficas analizadas en su libro son autobiografías y obras de no ficción. «Esto no quiere decir que toda patografía tenga que ser de este tipo. Existen obras ficticias donde se nos habla de problemas muy reales de la sociedad y que la gente encuentra un vínculo y un interés desde el que abordar el cómic», recuerda la experta.

«La enfermedad es un tema que ha estado en el cómic desde hace mucho tiempo. Hay investigaciones que han encontrado esta temática en obras de los años 40, pero en España es más reciente. Tenemos cómics que versan sobre la enfermedad desde distintos puntos de vista ya en los años 70 y 80, pero no podemos hablar de cómics de autor de salud. Estaríamos refiriéndonos en estas décadas a cómics para fines específicos como los cómics divulgativos, cómics didácticos… La salud como tema de novela gráfica o cómic de autor es un fenómeno más nuevo», añade.

Un hito importante en este campo fue la publicación de ‘Arrugas’ de Paco Roca y ‘María y yo’ de Miguel Gallardo, ambas en el año 2007 por la misma editorial. El enorme éxito de estas obras afianzó este género en España y, por ello, marcó el inicio de la investigación del libro.

Una de las ilustraciones incluidas en el libro.ÁNGELOPEZ

En cuanto a los autores, la investigadora asegura que mujeres y hombres emplean «procedimientos comunes» en el cómic, puesto que «el lenguaje del cómic es específico y tiene sus características expresivas», aunque se aprecian diferencias. «Cuando yo estudiaba estos cómics me di cuenta que las obras creadas por mujeres hacían bastante énfasis en las enfermedades propias del cuerpo de la mujer y que muy pocas veces se habían tratado desde esa perspectiva tan íntima en el mundo de la novela gráfica. Hay muchas obras que versan sobre el cáncer de mama, otras sobre la interrupción del embarazo y también de padecimientos psicológicos que están infradiagnosticados en las mujeres como los Trastornos de la Conducta Alimentaria que se dan más en mujeres. Creo que muchas autoras han querido poner de relieve su experiencia personal con este tipo de cuestiones porque se ha hablado poco de ello», expone González.

Por otro lado, una de las características más «curiosas» de las patografías es que sus lecturas «van más allá de su propósito inicial» debido a la naturaleza de la propia temática. «No toda persona que escribe un cómic autobiográfico acerca de cómo vivió su cáncer está pensando que ese cómic va a tener una utilidad específica para otra persona como ella o para un profesional de la salud que quiere recomendar ese cómic a pacientes suyos. Sin embargo, acaban teniendo utilidad y es ahí donde entra la medicina gráfica que aúna todas estas lecturas. Ha habido muchas investigaciones que recojo en el libro que demuestran que la patografía tiene mucho recorrido en diversos ámbitos. El cómic es una obra de arte y una persona realiza un cómic como hace una pintura, una película o cualquier otra pieza artística sin pensar en utilidades específicas. No obstante, ha habido colectivos de profesionales sanitarios que encuentran utilidad en la patografía para enseñar a sus estudiantes de ciencias de la salud, en terapias de grupo con pacientes… Se ramifica todo mucho», detalla la investigadora.

De hecho, muchas universidades cuentan con la patografía dentro de sus planes de estudios. Al respecto, la experta cree que «sería un error» prescindir de esta disciplina en el futuro grado de Medicina de la Universidad de León. «Las humanidades sanitarias ya llevan muchos años en los estudios de medicina y otros estudios de ciencias de la salud. Como el cómic no es un ámbito que sea una disciplina concreta, sino que es multidisciplinar, hay gente que lo estudia viniendo de una filología como yo, otros lo estudian en facultades de artes y otros lo estudian en facultades de ciencias de la salud. Los principales impulsores de la medicina gráfica como disciplina eran sanitarios que trabajaban como profesores universitarios en grados de medicina, donde ellos mismos daban clase con cómics. Ha habido muchos estudios al respecto sobre cómo se pueden incorporar en las ciencias sanitarias. Las humanidades tienen un hueco en los estudios de medicina en muchas universidades. Por ello, yo creo que sería una oportunidad desperdiciada si no se incorporara en nuestro futuro grado de Medicina porque nos quedaríamos atrás», concluye.

Patografía analizada en la obra.ÁNGELOPEZ

Trayectoria

Inés González estudió el grado en Lengua Española y su Literatura y el máster en Literatura Española y Comparada en la Universidad de León. En el mismo centro hizo su doctorado en el programa Mundo Hispánico y realizó una estancia en la Universidad de New Castle. Además, estudió el Máster de Formación del Profesorado en la UNED.

Inés González muestra su libro publicado por la Universidad de León sobre la patografía en España.ÁNGELOPEZ

'Arrugas' y 'María y yo', el cambio

El año 2007 fue clave para la patografía en España, ya que fue la fecha en la que se publicaron dos obras que marcaron un antes y un después en esta disciplina: ‘Arrugas’ y ‘María y yo’. La primera es una novela gráfica creada por Paco Roca que cuenta la historia ficticia de Emilio, un antiguo ejecutivo bancario que está internado en una residencia tras sufrir una nueva crisis de alzheimer. Por otro lado, ‘María y yo’ es un cómic, publicado al igual que ‘Arrugas’ en el año 2007, escrito por Miguel Gallardo y que trata sobre su hija María, diagnosticada con un trastorno del espectro autista.
La investigadora asegura que las publicaciones de ambas obras sirvieron para que «el gran mercado editorial se empezara a dar cuenta que en el cómic se contaban cosas que no eran las típicas y que quizás era un arte que podía ir un poco más allá». «No solamente podía apelar al lector infantil, sino que había temas que podían interesar a la sociedad en general. En aquel momento, se empezó a hablar de cómic social y otros tipos. Esto no sucedió porque no existieran antes, sino porque estas obras le dieron una gran visibilidad gracias al éxito que tuvieron. Entonces por eso seleccioné el año 2007 como punto de partida para hacer mi investigación. A partir de este momento, se ve una explosión, pese a que el mercado de cómics en España es mucho más pequeño que en otros países. No tenemos muchos lectores de cómics en nuestro país, pero de una manera curiosa y gracias a estas dos obras se ha conseguido que la gente se interese por ese tipo de temáticas en el cómic», explica González.
En el caso de ‘María y yo’, el autor habla de su hija «de la misma forma que si no tuviera este diagnóstico, por lo que ayuda a dar entender esta enfermedad», es decir, «cómo ella es diferente a los demás de una manera muy cercana». Unos años más tarde, Miguel Gallardo sacó una segunda parte ‘María cumple veinte años’.
Estas dos obras fueron muy populares y «se habló mucho de ellas por los temas que trataban y cómo los trataban», según analiza la autora. «Las dos tienen unos recursos visuales muy interesantes, unas metáforas, que es algo que yo también analizo en este libro, ya que tienen una cierta complejidad y la gente se siente atraída por eso. Se vio que era algo a lo que no estaban acostumbrados y no era un tebeo al uso», recalca.
A pesar de la celebridad de estos cómics, la experta también analizó otros relatos «menos estudiados», pero que también han sido muy destacados en la historia. «Escogí un cómic hecho por un leonés, Javi de Castro, que adapta visualmente historias de la escritora canaria María Hernández Martí, cuyo libro se llama ‘Que no, que no me muero’ y otro titulado ‘Enorme suciedad’ de una autora navarra llamada Maite Mutuberría. El primero de ellos trata sobre la experiencia del cáncer de mama y el otro sobre un padecimiento psicológico, probablemente un trastorno depresivo. Hay tantísima variedad en este mundo que es un poco difícil escoger uno solo», asegura. Además, la autora recomienda otras «obras capitales» que pueden ayudar a conocer el mundo de la salud en el cómic como son ‘Epiléptico’ de David B, ‘El paréntesis’ de Élodie Durand o ‘Alicia en un mundo real’ de Isabel Franc.
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