ROLLS-ROYCE
‘Revolución’… en Rolls-Royce
A mediados de los mágicos ‘sixties’ el chasis monocasco del Silver Shadow revolucionaba los catálogos de Rolls-Royce. Originariamente destinado a diez años de vida útil, acabó apuntalando modelos como el Silver Spirit y el Corniche hasta finales de la década de los 90
Decisivo… en la historia de RR. El Silver Shadow marcaba un hito, un cambio decisivo lejos de los chasis tradicionales, el denominado «automóvil completo», lanzado en 1965, influiría enormemente en los futuros modelos del fabricante.
En febrero de 1954, los ingenieros de Rolls-Royce ya pensaban en el reemplazo del Silver Cloud, por la simple razón de que los tiempos estaban cambiando; la marca ya ‘barruntaba’ que los clientes querrían automóviles más compactos, aunque tampoco hasta el punto de renunciar al espacio interior. Algo extremadamente difícil usando la tradicional técnica de montaje: carrocería sobre el chasis que se venía utilizando desde 1906; los ingenieros sabía que la respuesta estaba… en el monocasco, con el cuerpo y el suelo integrados en un solo «monocasco» con, además, otros componentes mecánicos en los bastidores auxiliares delantero y trasero.
Un trabajo que arrancaría en 1958, con un par de modelos experimentales: uno con 126 pulgadas de batalla (317,5 centímetros) —sólo se construyeron tres ejemplares— y un segundo 6,5 pulgadas (16,51 centímetros) más corto. Esta versión más pequeña, era el camino a seguir, y comenzaría a desarrollarse bajo el nombre en clave «SY»… nacía el Silver Shadow, que debutó en 1965 firmado por el ingeniero jefe de diseño John Blatchley que, proveniente de la empresa carrocera Gurney Nutting, se unía a Rolls Royce en 1940; una tarea que se complicaba aún más por el hecho de que el Silver Shadow era, con diferencia, mucho más avanzado que las ‘joyas’ de la época: Silver Ghost y Phantom III.
Aunque el motor y la caja de cambios automática de 4 velocidades ‘Hydramatic’ la heredaba del Silver Cloud III, todo lo demás era nuevo en el Silver Shadow, como la carrocería de tres cajas que, a pesar de su contenido tamaño, ofrecía un mayor espacio interior, un tanque de combustible más capaz y también mayor capacidad para el equipaje.
La comodidad, y un mejor manejo, resultarían ser las claves para la sustancial optimización del nuevo modelo: chasis monocasco más rígido, y soportes ‘Vibrashock’ que aislaban los bastidores auxiliares de la carrocería, reduciendo la rumorosidad y las vibraciones de la carretera. Otras ‘primicias’ incluían frenos hidráulicos de disco en las cuatro ruedas, suspensión trasera independiente autonivelante, selector del cambio de marchas con accionamiento eléctrico y ajuste de los asientos delanteros.
Incluso los diseñadores supusieron que aún había mercado para una versión «más deportiva» del Silver Shadow: una berlina de dos puertas, devenida en modelos Drophead presentados en 1966, a los que seguirían (1968) otros cambios técnicos como reemplazar el cambio Hydramatic el GM400 de 3 velocidades con convertidor de par; a la vez que se endurecía ligeramente la firmeza de la suspensión para adaptarla a las condiciones de las carreteras europeas.
Paul Frère (1917-2008), célebre escritor y periodista belga, también ganador de las 24 Heures du Mans, describía así un memorable viaje en Silver Shadow: «Hice el viaje de Bruselas a Mónaco en un día, acelerando (rayando los 200 por hora) por la autopista, sin rumorosidad del motor o del asfalto, manteniendo una temperatura ideal en el interior del coche gracias al aire acondicionado. Llegué a Montecarlo totalmente ‘fresco’, sin el mínimo cansancio. Notable homenaje a un coche después de haber conducido 700 millas (1.126,6 kilómetros)».
En 1969, comenzaría a ofrecerse el Silver Shawod en versión ‘larga’, sin divisiones y, en su mayoría, con una pequeña luneta trasera: bastó con ‘cortar’ por la mitad las carrocerías normales, alargándolas en 4,5 pulgadas (11,43 centímetros), aumentando así el espacio de las piernas de los ocupantes de las plazas trasera.
El año 1971 marcaría un hito en la trayectoria de Rolls-Royce: la separación productiva de los motores de automóviles y aeronáuticos, división que se mantiene hasta el día de hoy (RR Motor Cars, encuadra en el Grupo BMW, y RR plc). En los, entonces, inciertos tiempos económicos para el fabricante, la rama automotriz anunciaría un audaz movimiento… el Corniche, inicialmente basado en el diseño original «SY», y que mantendría en catálogo —Corniche Series IV— hasta 1995.
En 1977, el Silve Shadow había evolucionado tanto como para convertirse en Sillver Shadow II: una suerte de combinación «conductor/coche», con revisados ajustes en a suspensión, dirección de piñón y cremallera, y sus sistema de escape más limpio y eficaz; también una optimizada ergonomía interior; además, los ‘Series II’ se distinguían al primer golpe de vista merced por su color negro y los parachoques de policarbonato (exigencia de homologación en USA). Fuera del mercado estadounidense, el Silver Shadow II lucía un generoso alerón frontal («panel anti-elevación» lo denominaban en RR) que propiciaba gran estabilidad en línea recta a altas velocidades. A renglón seguido, las variantes Mulliner Park Ward, de batalla larga, pasaban a denominarse Silver Espectro II.
El Silver Shadow, reemplazado en 1980 por el Silver Spirit (con carrocería rediseñada), seguiría rindiendo culto a la tecnología «SY» hasta 1997, sirviendo fielmente a Rolls-Royce durante tres veces más de la vida útil inicialmente prevista.
Aunque resulta materialmente imposible señalar cifras precisas (ya saben, la ‘tradicional discreción’ de RR, como la potencia de sus motores, ‘la suficiente’…), se aceptan como ‘posibles’ las 37.000 Sombras de Plata y Corniche, convirtiéndolos en los modelos con más éxito en la historia de la compañía hasta la fecha.
Incluso hoy, seis décadas después, todavía pueden advertirse Silver en uso… ‘sombras flotando’ en numerosas y carreteras y ciudades del mundo.