Diario de León

Adrián Benavides

Exigencia y merecimiento

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Volvimos a ver fútbol en el Reino y entre las muchas observaciones tácticas que podemos hacer del encuentro entre la Cultural y el Lealtad destacó por encima de todas la polivalencia, organización y claridad de ideas del conjunto asturiano, que con un equipo limitado en cuanto a presupuesto y jugadores, posee en abundancia recursos estructurales que le llevan a competir, y a estar donde está en la tabla clasificatoria junto a los equipos más potentes a nivel económico.

En cuanto a lo puramente técnico-estructural, el partido apenas tuvo alteraciones de principio a fin. Un juego con un ritmo lento y una organización sistémica por parte de ambos que no tuvo variación a pesar de los cambios de jugadores. Los leoneses partieron con el habitual 1-4-2-3-1, en el que Pipo y Kawaya jugaron ambos en su lado no dominante desde los extremos, con Dioni y Bravo como jugadores más adelantados. Intentaron hacer inicios de juego combinativos, metiendo a uno de los dos pivotes para hacer la salida en superioridad de tres contra dos, pero ello sirvió de poco ya que el bloque medio bajo utilizado por los asturianos para defender, sumado a la ausencia de velocidad en el ritmo de movilidad del balón propio, reducía y anulaba el intento de dicha superioridad en la salida del balón. Las mejores ocasiones para los locales estuvieron en las botas de Bravo, ambas tras recuperación en acción de presión tras pérdida, que le sirvieron para quedarse solo ante Busmann, aunque en dichas acciones no estuvo acertado en la definición de cara a gol.

En la segunda parte el ritmo de juego bajó. Facilitó la tarea al Lealtad, en ese intento continuo de defender en bloque medio bajo. Sólo tenía que oscilar levemente en sus basculaciones defensivas para evitar que la Cultural consiguiese progresar en juego y profundidad. Los cambios del equipo leonés fueron puramente de jugadores. No varió la estructura, el ritmo o la idea de atacar. Muchos centros laterales al final que generaron más sensación, que acciones de peligro en sí mismas. Ante ello, Clemente Sánchez, entrenador del equipo asturiano, reaccionó acertadamente, y acabaron más cómodos defendiendo esos centros laterales con el cambio a estructura 1-5-4-1. Merecido punto.

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