Diario de León

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Así con ese título que da nombre a la canción de Pol 3.14, y que sirve como paralelismo con el partido entre la Cultural y el Oviedo Vetusta, abrimos esta opinión. Aprovecho para incurrir en aquello que tan habitualmente nos sucede en muchos ámbitos también a los técnicos. Eso tan difícil de asumir, lo que no observamos a simple vista y que la mayoría de ocasiones sólo se hace palpable tras el error o la decepción repetida.

Cuantas veces, el lamento posterior a una decisión tomada que no salió como esperábamos, o la intención en condicional de lo que hubiese hecho sí me hubiese dado cuenta antes de la futurible consecuencia, esa sensación de impotencia por no haber corregido a tiempo la conducta de lo que querríamos cambiar de haberlo sabido. Y sí, esto sirve también para los que somos entrenadores obligados y presos siempre de la toma continua y masiva de decisiones como conductores de grupos para conseguir un fin.

Esta semana realizaba declaraciones a un periódico deportivo de tirada nacional David Cabello, entrenador hasta finales de noviembre del equipo leonés, en las que mostraba su indignación por no poder entrenar en otro equipo esta temporada. Difícil de entender su cese si sólo hacemos caso al terreno deportivo, más si cabe visto todo con un poco de perspectiva desde aquello. Dejó el equipo con solo seis jornadas disputadas y a cuatro puntos del liderato, sin tiempo para ver el efecto de su idea y continuidad. Además con el cambio de entrenador tampoco se reflejan modificaciones aparentes en cuanto a juego o ideas, pero claro en las decisiones de algunos clubes tampoco importa mucho eso. En retrospectiva sólo hace falta echar un vistazo al pasado para ver la destitución de Víctor Cea cuando iba en segundo puesto. Han pasado dos años para volver a lograr estar ahí y con una Liga de la mitad de equipos.

En cuanto al partido de ayer, ganó el equipo leonés que se coloca segundo en la tabla. Quizás si fuera otro el nombre del entrenador, más de uno pediría su cese, como sucedió hace más de dos años después de la victoria en La Coruña.

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