Lo que te mereces
Hay momentos en los que el mensaje que nos dan letras de canciones puede servir como paralelismos de situaciones cotidianas. En este caso, sin duda podría servir para describir aspectos del partido entre el Burgos y la Cultural. Por un lado, debido a la gran superioridad transformada en merecimiento por parte de los burgaleses, y por otro ese gran premio a un jugador leonés, formado en clubes locales y que actualmente milita en las filas del equipo blanquinegro, y que se merece todo lo bueno que le suceda por su gran trabajo y su personalidad, Claudio Medina.
La Cultural no cambió su estructura habitual, un sistema de juego 1-4-4-2, en el que Kawaya y Álvaro Juan se situaron por fuera en el lado natural. De inicio estamos habituados a ver cómo los leoneses ante cualquier rival se defienden en bloque medio bajo y deja salida de balón libre, al contrario. Esto ayer fue una losa, que aprovechó el equipo burgalés para hundir y someter en campo propio a los leoneses. Multitud de cambios de orientación directos y escalonados, pases filtrados por dentro ante líneas planas y una velocidad alta en el ritmo con balón hicieron que los visitantes corrieran sin parar sin apenas llegar a tiempo a ninguna basculación. El Burgos finalizaba todas las acciones que tenía. Ni siquiera el gol leonés en una buena acción individual de Dioni tuvo la más mínima trascendencia en la minimización de la superioridad burgalesa.
Un equipo, el Burgos, que se estructuró en un sistema de juego 1-4-3-3 en la primera parte y en 1-4-4-2 la segunda tras la entrada de Claudio. Planteamiento muy agresivo sin balón, con numerosas recuperaciones en acciones de presión tras pérdida. Con balón, una y otra vez intentaban iniciar la jugada en un lado para finalizarla por el opuesto. Ambos goles llegaron tras generar superioridades por fuera con Saúl Berjón y Lobato finalizadas con centros al área. En el empate era Juanma el que ponía el pie a la anterior llegada de Álvaro, y en el gol de la victoria fue Claudio el que aprovechó un defectuoso corte de Castañeda ante un centro lateral, para certificar la victoria.