Diario de León

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La fascinación por encontrar en su imagen retazos de la iconografía de los personajes de la factoría Marvel empuja hoy a Pedro Sánchez a visitar Ponferrada. El empeño en trascender al superhéroe motiva la presencia del presidente del Gobierno en un escenario que simula una localización apocalíptica en la que los últimos pobladores reclaman un paladín. En ese papel, aunque más cercano al antihéroe que dibujó Jan con el nombre de Superlópez, cuadra el anuncio del PSOE de pasear al jefe por el vestíbulo de la cuenca minera berciana para ungirlo como el salvador de una ruina que no sólo ejecutó, después de años de que el PP administrara el viático con los incumplimientos de los sucesivos planes del carbón, sino que abanderó dentro de aquel apéndice del programa electoral en el que se hablaba de la «descarbonización» como un procedimiento quirúrgico, como si se extirpara un grano. El paisaje que queda después de la batalla lo aprovechará hoy el dirigente estatal para exhibir la kriptonita de los fondos Next Generation que se venden desde hace meses como el nuevo Bienvenido Mr. Marshall. Cada vez que surge un proyecto sin consignación presupuestaria, de esos que amarillean en los anuarios, la administración incompetente despeja a córner con el anuncio de que se financiará con los Next Generation. Los Next Generation valen para el corredor Atlántico, para Torneros, para los desarrollos asociados al papel de la Ciuden y —miren a ver si cuela— para poner las ventanas con puente térmico que nunca encuentran un hueco en el presupuesto familiar.

Pero la realidad por ahora exhibe poco más que media docena de proyectos que no aventuran ni la mitad de empleo que ha dispuesto Leroy Merlin en el nuevo centro comercial; media docena de iniciativas que hipotecan la comarca como almacén de reciclaje de las energías renovables, mientras las eléctricas y las familias de siempre, las que hicieron fortuna con el carbón, engordan la cuenta de resultados con subvenciones millonarias. Aunque algo nuevo habrá en el mensaje dominical para alimentar el relato que esconde que esta tierra no está en la agenda política, salvo en caso electoral. La próxima generación no crecerá aquí. Se desarrollará en Madrid, en Barcelona, en Valencia, en el País Vasco o en Valladolid. La próxima ya nos va a llegar tarde. Los fondos Next Generation en leonés se escriben Miner y esa película de superhéroes, Pedro, ya la hemos visto.

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