Diario de León

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Los testimonios de autoridad se depreciaron de manera definitiva cuando se instauró la democracia de las opiniones. En nombre de la máxima que entroniza todos los juicios como respetables se han cometidos más atropellos que en una convocatoria de subvenciones de la cuota de autónomos. Da igual el nivel de formación, el oficio desempeñado durante una vida o la paciencia para observar el desarrollo de una berza: se concede la misma valía al ingeniero, al tornero fresador y al hortelano con independencia de que se hable de levantar un avión, modelar una pieza o quitar los penachos al maíz. Pero una de las pocas reservas que quedaban se cayó esta semana dinamitada por los propios agentes que la sustentaban. No hay a quién tomar en serio ya, después del espectáculo con el que el vicepresidente del gobierno autonómico anunció un día las condiciones que debían cumplir las provincias para abrir el interior de la hostelería, los gimnasios y los centros comerciales y, al siguiente, los consejeros del verbo le enmendaron la plana con el aviso de que se abría para tranquilizar a los que hacían el sudoku en el que cuadraran el tonto por ciento de camas ocupadas en la UCI, la ratio de contagios por habitantes descontados los cojos y la temperatura en El Cid a la hora del vino. Todavía al tercer día, resucitó Alfonso Fernández Mañueco, que pasaba por allí, para aclarar que estaba muy claro. Ante la duda, hay gente apostada a la puerta del Flandes porque no saben bien todavía si Carlos puede abrir la puerta el lunes. El desbarajuste provocó que en las redacciones se optara por el pase de seguridad: poner que no se abría si no se cumplían las condiciones, según Igea y, más tarde, publicar que estaría el lunes todo listo, según los consejeros. A lo seguro. No cabe duda, como sentencia el periodista Ricardo F. Colmenero, que en el periodismo las mentiras vienen de las comillas. La broma se desmonta cuando se empiezan a cruzar las cuotas a la Seguridad Social retrasadas, las facturas de servicios pendientes, los impuestos que se acumulan porque no desaparecen y los despidos que hacen cola en el paro para cuando acabe la cortina de humo de los Erte. Entonces, con el parte de guerra cerrado, habrá que invocar otros testimonios de autoridad y depurar las responsabilidades de cada uno en esta fiesta. Ya publicita el gobierno autonómico que estamos en una comunidad de éxito. Todas las opiniones son respetables.

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