Diario de León

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La calor aprieta en mayo. Temperaturas extremas e inusitadas que nos hablan a gritos de un calentamiento global del que ya no estamos a salvo en ningún rincón del planeta. El bochorno es general. Un estado de ánimo, un destino.

Hace unos días se hizo una tímida consulta popular en las calles para que la ciudadanía se pronunciara sobre monarquía o república. Era de esperar que, entre la escasa participación, dominara la inclinación republicana. El CIS, por si acaso, hace tiempo que no pregunta sobre la cuestión. El retorno del Rey emérito del exilio alauita ha producido bochorno. Estoy con Yolanda Díaz en que no importa si Juan Carlos I va o viene. La cuestión es que rinda cuentas. No ha venido a eso, sino a blanquear su figura en una regata de ringorrango. Y luego, aquí paz y después gloria. O lo mismo hacen un picnic real en El Pardo. 

La calor aprieta. Bochornosas son las declaraciones de la consejera de Familia, Isabel Blanco, que ya ha empezado la campaña para blanquear una ley de violencia intrafamiliar en Castilla y León para contentar a los socios que niegan la existencia de la violencia de género con casi 1.200 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas desde 2003. La gente debería saber que la violencia intrafamiliar está tipificada como violencia doméstica en el Código Penal. Otra cosa es que Vox, que sostiene al PP en sus brazos, por no mencionar otras partes, trate de camuflar bajo este paraguas ayudas a hombres supuestamente maltratados, que es el objetivo de la pregonada ley autonómica. El agravante de la pena que implica la violencia de género, por ser una violencia estructural basada en la desigualdad, no lo podrá ni anular ni ampliar a otras violencias porque carece de capacidad. La señora Blanco es una artista del verbo y no le importa convertirse en la reina del oximoron al decir una cosa y la contraria. Y se erige en adalid de la violencia de género con estas mimbres. Engañar es un verbo muy fácil de conjugar. 

Abochorna otro consejero, un eterno del cortijo autonómico del PP, el portavoz Fernández Carriedo, al decir que la ley del aborto se cumple en Castilla y León (¡ja!).Lo que no dice es el peregrinaje a Valladolid a que somete su táctica a todas las mujeres de la Comunidad excepto a Soria que, para más bochorno, tienen que ir a Madrid. Bochonorso es que diga que exigirán, por encima de la ley, permiso paterno para las jóvenes de 16 y 17 años mientras el Constitucional resuelve el recurso del PP. Bochornoso es que la Junta incumpla la ley de igualdad con una pírrica representación femenina y el argumento de que es el «Gobierno de los mejores» y que mantenga con nuestros impuestos a un vicepresidente sin funciones. Un mero vigilante de Abascal.  

Y entre tanto bochorno, nos la dan con queso... castellano.  

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