Diario de León

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Lo que aquí paso a contarles no es algo que me haya llegado de oídas, ni que le haya pasado a una amiga. En esta ocasión, soy yo la damnificada, pero no les sonará raro lo que les voy a relatar porque es algo que sucede a diario a cientos de personas. O a miles. Pero estamos tan acostumbrados a ello que ya lo hemos normalizado y, por eso, pierde valor. Es como cuando se dice demasiadas veces ‘te quiero’, que se diluye su importancia y pasa de ser algo extraordinario a una cosa más en la marabunta de palabras cotidianas.

Y eso nos pasa a menudo. Muchas situaciones no nos gustan, resultan hasta insultantes en ocasiones, pero lo aceptamos y asumimos agachando la cabeza porque es mucho más fácil eso que ponerse a hacer algo para intentar cambiarlo. Nos hemos vuelto seres eminentemente reactivos, dejando la proactividad para quien se atreva, tenga tiempo y ganas.

21 veces llamé ayer al centro de salud para intentar cancelar una cita a la que me resultaba imposible acudir. Y era ayer mismo, pero mis gestiones empezaron una semana atrás. Total, que no he conseguido cambiar la hora de la consulta porque ayer, que era el día que me habían indicado para llamar a la doctora y tratar de concretar una nueva cita, nadie me cogió el teléfono. Bueno, me lo cogieron la primera vez y como si fuera una aparición mariana traté de explicarle lo más rápido posible a la persona que descolgó el motivo de mi llamada, pero se cortó. Y ahí acabó mi suerte. Para acabar de quemar mis cartuchos, intenté llamar fuera de horario, no fuese a ser que algún rezagado tuviese a bien atenderme. Pero nada,

Lo mío no era urgente, solo una gestión que quizás pueda solucionar a través de la sanidad privada, pero ¿cuántas personas se han visto en una situación parecida con asuntos de salud realmente importantes? Quién les responde? Holaaa? Quién se encarga de arreglar esta situación que de sucede día tras día.

A ver si me entienden, que yo no critico a nadie en particular, que luego la gente se siente cuestionada en su labor profesional. Yo critico a un sistema que está desbordado por diversos motivos pero que nadie se encarga atender como es debido. Y volveré a intentarlo, no se crean. Al menos a mi me queda tiempo y algo de ganas.

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