Diario de León

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Isabel Díaz Ayuso ofrece certidumbre. Palabras mayores. Garantía de futuro para los madrileños frente al insoportable repertorio de enredos que despacharía la suma de izquierdas en la Puerta del Sol. El espejo de ese guirigay lo sufre el ciudadano de a pie con Pedro Sánchez y su Gobierno social-comunista. Seguramente La Moncloa, haciendo gala de la habitual soberbia del poder, seguirá sin ver que los aplausos ya no se escuchan ante los sonoros abucheos, incluidos los de votantes socialistas… Pero, de confirmarse en las urnas los sondeos este 4-M, el éxito de la candidata del PP retumbará por toda España.

Ante el triste panorama que hoy ofrece el país, los madrileños han visto en Ayuso la oportunidad de decir un «no» rotundo a los experimentos que agudizan la crisis institucional, económica y social. Se opta por la estabilidad frente al lío. Segura, directa, cercana, la presidenta de Madrid parece estar en condiciones de cobrar al presidente del Gobierno no pocas letras vencidas. Junto a ella, una buena mayoría de vecinos de su Comunidad que se han sentido ofendidos en primera persona por el mismo Sánchez. Madrid ha sido víctima de unos intereses partidistas que han primado sobre cualquier otra cuestión.

La trayectoria de Ayuso, con su manera tan particular de gestionar las cosas públicas, ha dado brillo a Madrid en días en que el denominador común eran los grises y negros. Si hablamos de la pandemia, la última victoria de la «baronesa» popular sobre Sánchez ha sido la rectificación del Gobierno sobre su propuesta de permitir que las grandes empresas participen en la vacunación de sus empleados. Rectificación a sumar a las mascarillas, las PCR en Barajas, a la realización de pruebas de antígenos en farmacias, la cartilla Covid… Un largo suma y sigue de enmiendas que el Gobierno, aunque tarde, ha tenido que irse tragando. Ayuso no solamente ha discrepado para defender sus ideas, la realidad más tarde le ha ido dando la razón. Ella acertaba; Sánchez fallaba.

«Sólo nos faltaba como remate lo de Ángel Gabilondo renegando del cierre de la hostelería», me decía un eminente socialista. Nadie duda ya de que la campaña del «profesor» de Metafísica no se puede enderezar por muchas propuestas «ayusistas» abrace. Más claro, agua. Con su empuje, Ayuso mantiene a raya a Vox y se ha merendado a Cs. Su proyecto trasciende las siglas. Se está descosiendo la red de seguridad que permitía a Sánchez dar brincos en el trapecio sin alternativa. El primer martes de mayo se verá.

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