Editorial | Desconfinamiento para los pueblos que han sabido plantar cara al Covid-19
El Gobierno central se resiste a dar el paso de que sean las zonas básicas de salud y no las provincias el territorio de referencia para la desescalada, una petición que parte de la Junta de Castilla y León y de otras comunidades autónomas y que respaldan la mayoría de los alcaldes del mundo rural. La provincia de León es especialmente representativa en esta situación, con áreas de salud completamente limpias del Covid-19 desde hace semanas, como Matallana de Torío y Truchas, y otras en camino de conseguirlo, como es el caso de Riaño, Toreno y San Emiliano de Babia. Hablamos de zonas ubicadas en comarcas diferentes que nada tienen que ver con la situación que todavía combaten otros territorios más afectados como la capital y su alfoz y las áreas, por ejemplo, de La Bañeza y de Astorga. Si, como parece, será el servicio de Atención Primaria el que se posicione como primera barrera contra la epidemia desde el momento en que los hospitales comiencen su actividad general, con los centros de salud repartidos por toda la provincia como ejes de esta actuación sería lógico que también se trasladara esta confianza a los ayuntamientos de su área de influencia. A favor de esta tesis se encuentran motivos como el control del territorio, ya que siempre será más operativo supervisar municipios concretos que toda una provincia, y, además, la trazabilidad de los contagios será mucho más sencilla de seguir.
Las condiciones exigidas para mantener la seguridad sanitaria están superadas en estos entornos por lo que carece de sentido seguir manteniendo paralizada la actividad en los pueblos, máxime cuando si han llegado a estas condiciones es por la responsabilidad demostrada por sus habitantes y por el celo aplicado por sus alcaldes durante la cuarentena, en la que han extremado las precauciones para evitar la presencia de foráneos en sus calles. La propia contención de la epidemia en estas zonas es prueba suficiente de que el desconfinamiento también es posible, siempre que se siga manteniendo la vigilancia necesaria para que no se produzcan nuevos casos en las zonas limpias. Los vecinos de estos pueblos lo han logrado y lo justo es que se les reconozca a su debido tiempo.