Editorial | La importancia de la información veraz se hace más patente al llegar las crisis

Hace tiempo que en las redacciones de los periódicos se dejó de escuchar el sonido repetitivo de las teclas de las Olivetti. Las herramientas son hoy muy distintas pero las cosas, en su razón de ser, no han cambiado tanto. El deber de mantener a la ciudadanía informada permanece en el tiempo ajeno a las vicisitudes y coyunturas que se suceden. Así lo prueba la historia centenaria de medios de comunicación como el Diario de León, que sólo interrumpió su difusión por prohibiciones gubernamentales en momentos convulsos o por imposibilidades bélicas.

Este fin de semana en muchos quioscos se agotaron rápidamente los ejemplares del decano de la prensa leonesa. Sumergidos en un océano de mensajes resulta imprescindible estar informados de verdad. Es la mejor prueba de que la sociedad necesita conocer qué ocurre de una manera válida y veraz. Así se hace patente en los estudios sobre las consecuencias de una sociedad que padece desde hace tiempo una sobresaturación de informaciones, a las que más que nunca hay que aplicar la ceranda tan leonesa para separar el grano de tanta media verdad, bulo o incluso falsedad evidentemente dañina.

Internet lo ha cambiado todo. Es una herramienta fabulosa. Permite que hoy este ejemplar del Diario se haya realizado con una redacción vacía. Cada uno está en su casa. A resguardo y cumpliendo lo que nos piden las autoridades sanitarias, ese ¡quédate en casa! que es hoy por hoy la mejor receta y también la más solidaria. Esta pandemia sólo la superaremos arrimando todos el hombro, quizá en una metáfora de esa Semana Santa que este año será distinta pero muy real. En el decano de la prensa leonesa, años de avances tecnológicos y de pruebas parciales con crónicas enviadas desde todo tipo de lugares facilitan que el equipo técnico del Diario habilite hoy los canales para esta jornada histórica. Nada cambia en este ejemplar. Con la misma materia prima de información garantizada y comprometida, usando otros moldes, el producto es el mismo.

En el futuro habrá que replantearse esta globalización que no fue capaz de parar el coronavirus a tiempo. Y que debe articular fórmulas contra el daño de la desinformación. La experiencia de la Historia, de la Democracia y del Humanismo prueban que el ser humano, cuando olvida los egoísmos, siempre avanza hacia adelante.