Diario de León

Editorial | El país contiene la respiración

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España se mueve al compás de lo previsto dentro de un escenario de incertidumbre total, y contiene la respiración para que lo imprevisto (que la pandemia no se comporte como se espera y agrave no sólo la situación sanitaria sino la económica) no acabe de asentar el caos en las perspectivas empresariales y laborales. El ritmo de contagios se comporta de forma similar a los países que nos llevan unos días o unas semanas de ventaja en lo que a padecer ‘picos’ se refiere, pero la gravedad del asunto es tal, sobre todo en lo que se refiere a la saturación de un sistema sanitario a punto de colapsar, que el Gobierno ha optado finalmente por sacrificar el entramado económico en pleno, seguramente con la esperanza de encontrar a medio plazo fórmulas que permitan solventar la crisis que irremediablemente se viene encima.

Los empresarios han puesto el grito en el cielo y advierten de una cascada de cierres

La salud de los ciudadanos es lo primero y la capacidad de atenderla lo fundamental, pero llama la atención el lenguaje elegido por el Gobierno para dibujar el porvenir económico del país. El sistema productivo entra en ‘hibernación’, para después ser ‘resucitado’ cuando el Covid-19 remita. Entonces el modelo productivo será ‘reconstruido’.

Mientras los españoles se preparan para la semana que ahora comienza, que será especialmente complicada para la resistencia emocional y para el sistema sanitario, a la espera de que ‘la curva’ cambie el rumbo (nadie quiere hablar de qué pasará si los contagios no remiten); los empresarios han puesto el grito en el cielo por la ampliación del confinamiento y la paralización de todas las actividades productivas ‘no esenciales’.

El Gobierno quiere ganar tiempo y zanjar el peligro sanitario pero las empresas advierten de que no aguantarán y de que la cascada de cierres y despidos será histórica. Y se rebelan contra las condiciones impuestas para evitar que el ajuste de las rentabilidad se haga a costa de los puestos de trabajo.

El otro frente que se le abre al Gobierno está en las autonomías. Bajo la filosofía del respaldo institucional en este momento, la práctica del ajuste de cuentas político se abre paso. Cada día más, y con menos paños calientes. Cada cual se apunta sus tantos y lanza sus reproches. El tiempo del savoir faire también se va agotando.

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