Diario de León

Creado:

Actualizado:

El Hotel Chelsea de Nueva York, en el número 222 Oeste de la Calle 23, entre la Séptima y la Octava Avenida de Manhattan, tiene una nueva leyenda.

El hotel de los rockeros, los escritores, la contracultura; el hotel del suicidio de Charles R. Jackson, de la muerte de Dylan Thomas, del asesinato sin resolver de Nancy Spungen, la novia de Sid Vicious; el hotel de las canciones de amor de Leonard Cohen y de la noche en la que se encamó con Janis Joplin, también será desde ahora el lugar donde una mujer que ya ha cumplido los 68 años denuncia haber sufrido abusos sexuales cuando tenía 12 a manos de otro de sus huéspedes ilustres; el músico reverenciado y polémico Premio Nobel de Literatura, Bob Dylan.

Construido en ladrillo rojo allá por 1883, en los albores de la era de los rascacielos, Arthur C. Clarke, escribió en el Chelsea su famosa novela 2001: Una odisea en el espacio. En el Chelsea también residieron como inquilinos de larga estancia Mark Twain, William Burroughs, Jack Kerouac, Simone de Beauvoir y Jean Paul-Sartre, entre una lista interminable de autores. Uma Thurman, Jane Fonda y Stanley Kubrick, entre las actrices y cineastas, Madonna, Jimi Hendrix, Patti Smith o Bob Marley, entre los músicos, y Diego Rivera y Frida Kahlo, entre los artistas visuales, engrandecen la lista de alojados. Y allí vivió durante 35 años, hasta que murió en 1985, el hombre que en aquel momento era la persona más longeva del mundo con 112 años; el pintor Alphaeus Cole.

En ese hotel cargado de mitos modernos escribió Bob Dylan su canción Sad Eyed Lady of the Lowlands ( La dama de ojos tristes de las Tierras Bajas ), dedicada a quien entonces era su esposa, Sara Dylan. Ahora hay una mujer que dice que el cantante abusó de ella cuando era una niña. Y los que no han entendido nada sobre la violencia de género y sus traumas le reprochan que haya tardado más de medio siglo en denunciarlo. Bob Dylan afirma que estaba de gira. Quizá sea una denuncia falsa. Y sin embargo, hay seis días en blanco entre conciertos, seis días de abril de 1965, en los que el cantante sí pudo estar en Nueva York. Pero imagino que el Hotel Chelsea, con tanto huésped famoso, el hotel del alcohol y las drogas, donde cualquiera podía colarse de madrugada hasta una habitación, no conservará sus libros de registro.

tracking