Diario de León

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No, la cosa no va de la batalla de Madrid. A pesar del título. Poco se podría añadir novedoso a estas alturas sobre el bochornoso espectáculo en el que han convertido una campaña electoral, se coja por donde se coja el tema.

El asunto va más por la vía de un balance facilitado ayer por el Ayuntamiento de León. En pocas estadísticas de controles periódicos sale un dato de detección de faltas tan elevado. En los perros se alcanza la mitad de ‘positivos’ en defectos de trato al animal, de falta de urbanidad, de seguridad... todo un elenco de requisitos que son imprescindiblemente exigibles a quien se compromete a cuidar de un ser vivo. No seré yo, con la que cae cada día por el mundo, el que hable de derechos de los perros. Temo que el carril más adecuado es el de las obligaciones que tienen las personas hacia ellos. Para no hacer realidad eso de que en demasiadas ocasiones detrás de un perro se asoma un cerdo...

El operativo de la Policía Local alcanzó sólo a 108 perros. Una cifra mínima comparada con el ‘parque móvil canino’ que circula por la ciudad. Y las sanciones —casi la mitad— llegaron por no ir debidamente controlados, estar en zonas prohibidas, por la no recogida de los excrementos, por no estar debidamente legalizados o por ir en un vehículo sin cumplir las medidas reglamentarias de sujeción para prevenir que puedan sufrir algún daño.

Con aplicar dos sentidos —vista y olfato— se puede comprobar en la práctica totalidad de las zonas ajardinadas de la ciudad que lo de la bolsita para las deposiciones es según y cuándo. Y de las ‘firmas’ líquidas podrían hablar mucho los comerciantes, viandantes o usuarios de ascensores. Insisto. El autor intelectual del episodio no suele ir a cuatro patas...

Pero esos son jardines ajenos a lo políticamente correcto. Y eso no se lleva nada. Aquí cada uno por su carril caiga quién caiga. El más madera que nunca dijo Groucho Marx.

¿Se imaginan a la UPL pidiendo una calle para los héroes comuneros de esta tierra? ¿Y a ese alcalde más leonesista que nadie que tenemos aceptando la idea?

Sería no salirse del guión. Mejor cada uno a lo suyo, como en Madrid... a sus balas, a sus mensajes prefabricados e inalterables aunque al final se acabe meando fuera de tiesto...

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