Diario de León

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Conocido es que el agravante que plantean los mentirosos son los cooperadores necesarios. De eso vive la factoría de ficciones que se ha implantado en La Moncloa, y que huye hacia adelante blindada por palmeros que se tapan la nariz para tragar con todo lo que pase, algo que siempre resulta más fácil en la difusión efímera online que en la perenne de los medios de comunicación clásicos.

Quizá ése sea uno de los verdaderos males de la clase política actual, incluso más que la tan manida mediocridad o la ausencia de jornadas cotizadas como trabajadores. El cambio más notable es la implantación de la desvergüenza que supone saltar de la tradicional media verdad a la flagrante mentira, y cuanto más voceada mejor, para lograr que la cohorte de aduladores, como mínimo, haga el acompañamiento al unísono.

El patrón es similar, y puede trasladarse a lo largo y ancho de la estructura de instituciones que nos gobiernan. Y en ocasiones también a los que por ignorancia, dejadez o cobardía se convierten en auxiliares de esos mensajes.

Viene esto a cuenta del uso del lenguaje, ese que determina en el fondo los debates. Aquí en León no se busca la implantación de un servicio Avant de trenes. Ya lo había. El convoy matinal desde Madrid llegaba a las 11.12 y retornaba hacia la capital exactamente a las 12.15 horas. Uno, que fue usuario ya que por poco tiempo de trayecto más facilitaba un coste sensiblemente inferior, da fe frente a ese discurso que se ha extendido ‘negacionista’. Exactamente se denominaba Avant City, que es la terminología que usa Renfe para esos trenes low cost cuando son de larga distancia. Estuvo en servicio años y años, y permitía emplear el espacio del mediodía para viajar a la capital de España y aprovechar la tarde.

La memoria es necesaria para, al menos, intentar sonrojar a los autores de las mentiras. En el país de los «brotes verdes» con los que se combatía a los «antipatriotas» que decían que había crisis. O a los que veían salir del Prestige unos «hilillos de plastilina».

Haciendo un ejercicio de recopilación de episodios también podemos acordarnos de lo omnipresente que era a diario la reclamación del proyecto de Torneros. Y qué decir de San Marcos, envuelto en un silencio clamoroso sin que nadie aclare por qué pasa el tiempo sin novedades de su segunda fase.

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