Diario de León

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Recuerdo a un joven ponferradino llamado Andrés, que durante unos meses trabajó en la redacción del Diario como becario. Cuando tenía que hacer una información de esas poco gratas, siempre bromeaba afirmando que sus compañeros éramos muy considerados al intentar completar su formación con nuevas experiencias.

Quizás por algo parecido a lo que sufría Andrés, hace ya un buen puñado de años, me tocó acercarme una madrugada al Palacio de Deportes de León para cubrir una velada de boxeo. Entre los combates de verdad había programado uno en el que participaba el actor Daniel Guzmán, un gran aficionado a esta especialidad deportiva sobre la que sus conocedores aseguran que está impregnada en general por la nobleza de sus practicantes.

Pero más allá del atractivo en taquilla del peculiar protagonista, resultó claro desde el primer momento que la cara y, en general, el físico del ‘Roberto’ de la entonces muy popular Aquí no hay quien viva debían salir indemnes. Por eso, en las gradas y sillas del recinto acabó escuchándose un ‘que se besen, que se besen...’ entremezclado con risas y silbidos.

Lo recordaba el otro día ante la noticia del llamamiento de un dirigente gubernamental a los sindicatos para que tranquilicen las aguas pase lo que pase. Justo cuando los sindicatos leoneses lanzaban su enésima amenaza por la no convocatoria de la Mesa por León. Un nuevo amago más propio del combate de Guzmán. Y que en la población también genera división entre los que se sonríen y los que giran la cabeza de lado a lado con lamento e incredulidad.

Ese afán reivindicativo recuerda una horrible película de los años 70 en la que uno se venía arriba entonando un «yo tengo un pronto» hasta que al girarse se encontraba con un ‘armario humano’ y susurraba un «pero se me pasa rápido»...

A estas alturas las caretas hace tiempo que no sirven para tapar las vergüenzas. Quizá algunos mensajes sean aún útiles para la grada propia. Pero la sociedad tiene claro que lo de la Mesa por León es otra muesca en la recámara de los engañabobos que se han olvidado de Torneros, de la segunda fase de San Marcos... de tantas cosas ‘inaplazables’ que ahora se dejan para mejores tiempos...

Y, por cierto... ¿alguien se acuerda de que también había otra mesa en el Bierzo?

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