Diario de León

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En un programa de radio reciente, los tertulianos se mofaban de lo que denominaban ‘buenismo’, el saco de todas las propuestas de concordia, diálogo, entendimiento y solidaridad que no cuadra con sus intereses. Mi conclusión después de oírlos fue que para solucionar los problemas hay que apostar por la intransigencia, la revancha, el desprecio o la imposición. Pasaban de unos temas a otros con agilidad y soltura. Empezaron por los posibles indultos a los independentistas catalanes, que por el énfasis y el ardor de sus comentarios en contra parece que sea la mayor preocupación de los españoles justo ahora que el proceso de vacunación avanza para acabar con una pandemia sanitaria que guarda sus garras afiladas para dar la estocada final a la economía y el empleo. También dieron argumentos en contra del acercamiento de presos de ETA, que, al parecer, por el tiempo dedicado a este asunto, es el otro gran tema de interés de la juventud española, atrapada entre varias crisis y sin perspectivas de futuro en un país que se libró de la lacra terrorista en 2011 tras 43 años de terror y más de 900 personas asesinadas. Por supuesto, no comparto la crítica a ese ‘buenismo’ que vinculan erróneamente con la candidez. Cada uno ve el mundo con los ojos que tiene. Este país acabó con ETA porque no hubo fisuras en una sociedad harta de sangre. Ayer hubo dos nuevos crímenes en España, asesinatos machistas que necesitan, ahora como con ETA, una movilización general ante un problema de estado de primera magnitud. El de Olivia, la niña de 6 años asesinada presuntamente por su padre, Tomás Gimeno, que raptó también a su hermana, Anna, para inflingir a la madre el dolor más insoportable a su madre. El de Rocío Caíz, de 17 años, madre de un bebé de 4 meses, asesinada y descuartizada por ex novio, Adrián, que se entregó ante la Guardia Civil. Más de mil mujeres han sido asesinadas en España por violencia de género desde 2003. El machismo atraviesa a todas las personas en mayor o menor medida porque compartimos una cultura de predominio del varón. En todos los países hay violencia psicológica, emocional, sexual, económica, física, cotidiana, repetida y sistematizada contra las mujeres. ¿Usted es de los que cree que no es machista porque tiene hermanas, mujer, hijas o madre a las que adora? o ¿es uno de esos hombres que revisa su comportamiento y tiene algo que decir o hacer en contra de la violencia de género? Dé un paso al frente. No insulte, no menosprecie, respete la valía, la opinión, los cuerpos y los deseos de las mujeres igual que quiere que se respeten los suyos. Alce la voz cuando hablar sea de justicia y no sea cómplice de otros que agreden, acosan, insultan, denigran, desprecian o matan a las mujeres.

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