98.000 euros

Con nocturnidad y alevosía, mientras los ciudadanos sufríamos la campaña electoral más larga que recuerdo, los señores del PP, del PSOE y de Ciudadanos decidían subirse el sueldo. Nada menos que un 4,2%, que se sustancia en más de tres mil euros —eso es nada— para llegar a un sueldo —no se queden estéticos— de 98.000 euros al año. Total, podrían haber llegado a los cien mil, que según se están poniendo las cosas, sus señorías necesitan más relumbrón para sus apariciones públicas. 

Mientras, el resto de mortales veremos como nuestros salarios ser deprecian de día en día al ritmo del crecimiento de la inflación, los tipos de interés suben y nuestras expectativas adelgazan. Para eso votamos, ya ven, para que con nuestro apoyo puedan seguir cabalgando sobre la inercia de la desfachatez.

La justicia poética la pone el pobre Luis Fuentes, que estuvo presente en el óbito de la decencia y, sin embargo, no tendrá la posibilidad de participar en ella porque ahora los emolumentos se repartirán de dos en dos entre Vox, PP y PSOE.

Les debía parecer poco lo que ganaban antes. Para que lo sepan los que aún creen que hay políticos preocupados por los demás: uno de estos cobra sólo por dietas lo mismo que el 80% de los leoneses y castellanos, cuyos sueldos brutos llegan de manera escasa a los 21.600 euros que estos próceres de la equidad reciben por kilometraje.

Dicen que las crisis siempre las pagan los mismos, que la pobreza se hace endémica en casi el 20% de la población, que hay casas en las que hay que elegir entre encender la calefacción o poner la lavadora, que el ascensor social de la educación ya es una quimera imposible y la igualdad de todos ante la ley, una filfa. ¿Quién de todos ellos será capaz de renunciar a tanta insignificancia moral? Me temo que ninguno.