Diario de León

Creado:

Actualizado:

Que se les llene la boca y, sobre todo, la soberbia cada vez que se dan golpes de pecho cual gorilas tras la muerte de una mujer a manos de sus maltratadores habituales les deja cada vez más en evidencia. Ayer se fugaba una vez más de la policía un criminal con seis o siete denuncias por diversos delitos cuya tendencia al crimen conocía de sobra la administración. Volverá a hacerlo y otros muchos volverán a hacerlo. Es una ley inmutable, la misma que nos advierte de que no hay nada cierto menos la muerte y Hacienda. Y eso si eres pobre, si no, también te libras. Y de la muerte, también. Tiempo al tiempo.

El prenda que ha quemado con ácido a su exnovia y a una amiga se ha escapado tantas veces que parece que cambiara de dimensión cada vez que la policía va (o no) en su busca, que el sistema español se caracteriza porque los juzgados no comparten información, ni siquiera entre ellos, y los hay que entran y salen, y salen de nuevo y algunos, incluso, nunca llegan a ingresar, ni siquiera cuando tienen seis o siete denuncias pendientes.

También hay clases y me imagino que los sospechosos habituales tienen más  transfer que el resto, por eso de que dejen de marear, que si el abogado de oficio llega, que si se suspende, que si se retira la denuncia, un pequeño sindios en el que las víctimas siempre tienen las de perder. 

Más policía, más guardia civil, más funcionarios en el juzgado, mejor gestión de la información, mayor diligencia en las causas y más años de cárcel. Ayer, un tribunal de Marruecos condenaba a muerte a un hombre por violar y asesinar a un niño. Sin llegar a esos extremos, estaría bien que los minutos de silencio y los aplausos —nunca he entendido a quién van dedicados— se reinventaran en penas de cárcel más altas, que la reeducación no hace falta si los barrotes no se pueden quebrar con la facilidad del permiso o el tercer grado, sin la doctrina Parot. Yo también vi Brubaker, pero tengo 50 y no creo demasiado en la reeducación para determinados delitos. 

tracking