Caleyeiru

Aún no sabíamos lo que el nuevo año nos tenía preparado cuando el pleno del Ayuntamiento aprobó reponer las placas del callejero que faltaban y cambiar las que corrían riesgo de ruina, como la ciudad. Sólo Cs se abstuvo. Al resto le pareció muy bien la moción de la UPL, que preveía prescindir del azul y acogerse al purpurado histórico del Reino. Además, la propuesta leonesista incluía que los nombres se atuvieran al español y al leonés y, lo digo de nuevo por si no ha quedado claro, nadie tuvo nada que objetar. Hasta ayer. Para mí la coherencia no es un valor per se. Yo cambio de opinión muy a menudo, pero nunca trato de engañar a los demás con mis decisiones porque cuando lo haces corres el peligro de convertirte en un trilero de la propaganda, que es exactamente lo que acaba de hacer el PP municipal. ¿Por qué lo que hace cinco meses era beneficioso para la ciudad hoy se critica? ¿por oportunismo? ¿por conveniencia? Sí, por todo eso y para alcanzar notoriedad mediática. No hay otra explicación.

Tengo otra pregunta: ¿cuándo nos mintió el PP del Ayuntamiento: cuándo el púrpura le parecía una gran idea o ahora que denuncia que la inversión para darle personalidad histórica a la ciudad asciende a 80.000 euros?

Puede que en las dos. Sería posible que, en realidad, no existiera un proyecto de ciudad, ni de sociedad, ni de modelo productivo, ni de nada.

Propone Silván que el dinero se gaste en ayudas directas para los leoneses que se encuentren en emergencia social. ¿Qué partida del presupuesto municipal dedicaría? ¿Entre quiénes? ¿Por qué no una idea más peregrina aún? ¿Qué le parece al alcalde si dejamos de pagar el IBI y todo lo demás?

La obligación de un Ayuntamiento es gestionar la crisis, no convertirse en la beneficiencia. Cuantas más obras, más inversión, cuántos más proyectos se pongan en marcha, mejor será el futuro, esa nueva normalidad que las administraciones tienen que forjar para que el tejido económico no se caiga. La limosna sólo nos hace más pobres.