Celaá, de rebajas

Dice la ministra Celaá que en septiembre volverán a las aulas el 50% de los alumnos. Nunca nadie repitió de manera más burda la secuencia del nudo gordiano. Es muy curioso que una ministra socialista sea la que proponga una solución tan descabellada que, además, perjudica tan sólo a las familias con menos recursos. Si algo ha demostrado esta crisis es que la educación continúa anclada (como casi todo en España) en el siglo XIX. Ley tras ley, la capacidad de aprender para buscar nuevos caminos ha degenerado hasta confundir la equidad con la vulgarización. Y ahora, esto. Frente a esta idea brillante, yo tengo otra aún mejor. Creo que lo justo sería que todas esas familias que se van a quedar sin el derecho a la educación pierdan también la obligación de pagar impuestos. De esta manera comenzaríamos a crear una sociedad basada en el valor de compra y la mercantilización de servicios públicos, esos de los que tanto presume la ministra cuando habla de la libertad de elección de centro. Este nuevo sistema puede llevarse a sus últimas consecuencias. Le pongo otro ejemplo: quien tenga seguro privado, que no pague la sanidad pública; todo aquel que prefiera un fondo de pensiones, que no colabore en el pago a la Seguridad Social. Y así.

La realidad es que la ministra no tiene ni idea de la situación real de la Educación en España. Da demasiadas lecciones cada día como para pensar que, sólo tal vez, tendría que estudiar más. El problema de la soberbia es que se ahoga en la propia vanidad y es incapaz de poner en marcha un tipo de pensamiento que se salga de lo establecido. ¿Ha pensado la ministra en las implicaciones que su ocurrencia tendrá en los niños más desfavorecidos? Supongo que hay que gastar más empatía y menos ideología para darse cuenta de que la tecnología es insuficiente; de que incluso si lo fuera, nada puede sustituir a un maestro. Sin amor no hay pedagogía. Un ordenador no es la manera de lograr que un niño se interese por el mundo. Se cumplen 110 años de la Institución Libre de Enseñanza. Sería bueno que buscáramos recursos entre sus grandes logros.