La U de Olmedo

Lo que pasa es que no os lo creéis. En vuestra mentalidad de gente bien de provincias, pensáis que no es para tanto y además, los hijos ya... que ninguno está en León, cada cual más lejos. Vivís de las rentas o formáis parte de las clases pasivas, esas que viven de la pensión o de un salario público y, encima, decís con orgullo que sois de izquierdas o de derechas, que sí, que podéis seguir así, pensando en que hay que votar a Pedro Sánchez para que no llegue la derechona o a Pablo Casado para que los enemigos de España no decidan el destino de todos. Unos tendríais que pensar quién forma parte de ese sujeto tan inconcreto, todos, los otros, si la derechona es algo más que las cuatro big techs. Mientras entregáis vuestra vida al dios voraz de la ideología, todos los listos que viven a costa pipis, que decía mi abuela, os han ido robando la herencia y el futuro. Que me da igual uno que otro ¿para qué personalizar si los que habéis elegido para tomaros el pelo son lo mismo? Una gran masa informe que repite consignas y se lo lleva crudo a costa de la miseria que deja atrás. Entre tanto, ya los hay que advierten de que votar partidos regionalistas es insolidario con el bienestar común, que es el suyo, su pesebre, uno que con la entrada en el euro se multiplicó por cien más el convoluto, que decía el otro. Luis Mariano Santos le da a Eduardo Morán seis meses y el presi sale con que «esto no está en el pacto», cuando todos sabemos que lo único que firmó el PSOE fue chulear a los leonesistas mientras crean estructura territorial con los fondos de la Diputación. En la discusión, León se convierte en un gran vacío en el tráfico ferroviario del norte. Comenzó Antonio Silván con el Cylog y han continuado todos, progresistas y reaccionarios por igual, hasta llegar al amigo de Delcy, el jefe de Koldo, que antes de irse dejó escrita una ‘U’ que elimina definitivamente a León de la ecuación. Galicia limita con el norte a través del sur, de Valladolid, y León desaparece de todos los mapas. Hay muertos que piensan que siguen vivos. Votad, votad, malditos...