Diario de León

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Echar del 8-M a las mujeres no tiene un pase, pero hacerlo al grito de ‘Begoña Villacís, a trabajar al Burger King’, o mediante el insulto preferido del patriarcado deja claro que estamos en un momento peligroso. Todos nos tendremos que definir y algunos lo han hecho ya con la hipócrita condescendencia de la emotividad fascista. Toda acción conlleva una reacción. Montero a la portavoz del PP: «Las palabras de Álvarez de Toledo demuestran que siguen existiendo las clases sociales». Esta frase es una necedad por varias razones. La fundamental es que es un perogrullo, una obviedad, una simpleza, por tanto. Además, sus palabras ponen en conflicto lo que la ministra quiere transmitir con lo que en realidad quiere decir. No es una diferencia de matiz. Con su circunstancial: «Yo provengo de una familia humilde pero con mucha educación», Montero no hace más que demostrar su rencor de clase, su resentimiento social y, lo que es peor, su machismo más exacerbado. Por último apela a las emociones y, con su falta de recursos dialécticos, termina en el insulto más burdo: «Cayetana es una niña bien». Acabáramos. ¿De qué fraternidad habláis? ¿De la misma que sentía Nelken por Clara Campoamor? Sería mucho mejor poner las cartas sobre la mesa y admitir que lo único que mueve a algunos es el rencor de clase, que no se pasa ni siquiera cuando arriban al status que antes tanto criticaban. Supongo que en su inconsciente late el resentimiento por un pasado que les avergüenza. ¡Qué evidente es todo! Así que lo que de verdad palpita detrás de las manifestantes que decidieron convertir la reivindicación del 8-M en una frontera ideológica no es una batalla por los argumentos sino un cuerpo a cuerpo basado en la envidia. Sólo una pregunta para las indocumentadas: ¿Qué tiene de malo trabajar en el Burger King? ¿Alguien cree que es un trabajo indigno? ¿Peor que el de vicealcaldesa? Las animales de la granja aún no han echado al granjero, pero las hay que ya creen que algunas son más iguales que otras. Hay que leer antes de gritar.

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