Diario de León

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Cuando al PSOE le van las cosas bien, a León, tampoco. Esta sería la manera más fácil de terminar esta opinión, que más que una columna sería la narración de una era, la de los últimos cuarenta años... o más, que esto empezó con eso de ‘Libertad, amnistía y estatuto de autonomía’ y aquí seguimos. Tenía un amigo que se dedicaba a entretener a sus novias hasta que las novias encontraban a otro que lo hacía mejor, pues algo así parece que pasa con el PSOE, que se ha puesto a distraer a la UPL y los leonesistas se están cansando de tanto divertimento.

Ha salido el presidente de la Diputación para retar a Javier Santiago Vélez y que no se ría tanto, que ya vendrán las rebajas con las Cuentas de la Junta, que si no fuera bienpensante se me ocurriría que Eduardo Morán ya barrunta con alegría que en breve Mañueco nos dará jarabe de palo. Como ellos. Piensa el alcalde de Camponaraya que en un grupo de guapos el feo también liga. ¿O era al revés? Me lían entre tanta maestría en el método. Dice que en total, y eso sin excitarse, los presupuestos tienen alojados para León un tesoro de 500 millones de euros, aunque todavía no nos lo puedan mostrar.  Ya verán, ya verán , sonríe ufano para demostrar que lo importante no es la verdad sino la fe. Pero tanta fe tiene un límite y en unas cuentas en las que lo único cierto es que ni siquiera el Bierzo —lo único aparte de León que podrían ganar (la capital es otra cosa)— ha logrado nada en este particular partida de simulaciones, el castillo no aguanta más en el aire.

Ahora Compromís anunciará las enmiendas que exige la UPL para que la cosa de la Diputación no se termine en enero y la institución provincial se convierta en la comida de negros del PPOE. Veremos lo que ocurre después del desprecio presupuestario más sangrante que se recuerda.

El próximo día 21, toda la población de la provincia está llamada a acudir a la Diputación para demostrar que la gente existimos, que más allá de que perdamos otro diputado, somos y valemos tanto como vos, pero juntos más que vos. Será a las ocho de la tarde.

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