Diario de León

Creado:

Actualizado:

Es el mejor momento para poner fin a la coalición que mantiene a Eduardo Morán en la Diputación. Falta por ver lo que hará Marías Llorente, que sigue sin encontrar la tierra en condiciones para votar la moción por la autonomía. Tampoco debe hallar tiempo para preguntarle al ex alcalde de Camponaraya por todas las inversiones que el colega de Koldo prometió y de las que no hemos vuelto a saber nada. Eran 24 puntos que todos conocemos: desarrollo de Torneros, Emperador, la A-60, la segunda fase de San Marcos, la A-76, desarrollo del entorno de Feve... Nada, como la novela de Carmen Laforet, nada, como la pequeña burguesía leonesa, que se ha quedado en eso mismo mientras PP y PSOE siguen a la propaganda, obligando a los leoneses a tomar antidepresivos para no oir el zumbido de las moscas, cada vez más cercano y atronador. Hemos tenido tantas ocasiones para pedir cuentas que ahora ya no tiene demasiado sentido hacerlo. Tuvo la oportunidad en una de esas visitas en las que Ábalos se comportaba como el dueño de la plantación: algodón, siervos y chabacanería. No pudo ser y ya no hay tiempo, me temo.

Si el próximo mes de mayo los leonesistas deciden continuar adelante con el pacto en la Diputación, el partido perderá todo el crédito que cosechó en las últimas elecciones autonómicas.

Ni siquiera tiene la UPL necesidad de apoyar a ningún otro, que es mejor dejar que Ciudadanos toque poder, aunque apenas sea durante un año, para que cada uno se retrate (otra vez) y sacudirse la culpa por haber mantenido a la provincia en el mismo impasse en el que estaba cuando llegaron.

Silenciado el ruido con el que PP, PSOE y agentes sociales trataron de acallar la reivindicación de existencia leonesa — ese tablón con el que intentaron callarnos y que les ha caído en la cabeza— Eduardo Morán aseguraba ayer que el pacto tenía una salud de hierro. Algo así, porque de tanto repetirlo, el discurso del presidente de la Diputación es ya demasiado huero y extremadamente insufrible.

tracking