Editorial | Apasionante concurso para salvar la Catedral

El concurso de ideas para la aportación de proyectos que salven la portada principal de la Catedral de León es uno de los puntos de inflexión más importantes en la historia reciente del monumento más emblemático de la provincia. El Cabildo abre a toda Europa la posibilidad de participar en una iniciativa que quiere buscar la solución más eficaz para un proyecto de gran envergadura y de complicada resolución. No es la primera vez que los ‘apuros’ arquitectónicos de la Catedral se someten a un concurso de este tipo. Ya se hizo en el año 2001 con la búsqueda de una solución para las humedades del claustro, cuando se propuso, a instancias del arquitecto navarro Juan Miguel Otxotorena, instalar un gigantesco cubo de cristal. Aquella idea no fraguó y se consideraron otras opciones. Sin embargo, la situación actual del triple pórtico ojival de la Catedral es crítica y, tras someterse a varios procedimientos reparadores, sólo se ha conseguido acelerar el deterioro. De ahí que se requiera de las mentes más imaginativas y brillantes para acometer una propuesta muy condicionada por la estructura de la seo. Será una intervención en la que el Cabildo tendrá la última palabra, aunque sea la Junta la que aporte los fondos, y sus exigencias para respetar el espíritu de la fachada son de categoría, aunque merecerá la pena someterse a las restricciones si existe la posibilidad de encumbrarse como artífice de la salvación de uno de los edificios más admirados del continente. Se abre un proceso apasionante para la Catedral y para León, esperemos que concluya con un final a la altura de las circunstancias.