Editorial | El comercio local debe reinventarse y enfatizar su valor

Las cifras de la crisis azotan con fuerza al comercio leonés del textil, arrastrado por la debacle de la restauración y la caída del consumo, en el peor momento para un sector que siempre ha sido sostén y termómetro de la economía leonesa. El cierre de locales es una evidencia que arrastra el ánimo de los ciudadanos cuyos hábitos, impuestos por el desarrollo de la pandemia, están cambiando hacia una apuesta por las compras digitales. Es el signo de una nueva era a la que hay que adaptarse con nuevas estrategias, aprovechando siempre las fortalezas inherentes al comercio de cercanía, el que conoce al cliente y sus preferencias y el que es valorado por su profesionalidad y su experiencia. La cuestión es afrontar estos retos desde la unidad del sector para poner en valor la confianza del comprador y fidelizar el consumo siendo competitivos en un mercado altamente cambiante.

Los ayuntamientos, conscientes del importante arraigo que despierta el pequeño comercio, han lanzado campañas de bonos de consumo que han tenido una respuesta masiva entre los ciudadanos, pero este respaldo no es suficiente para que el cierre amenace a prácticamente un tercio de las tiendas lo que demuestra que, aunque es una buena iniciativa, es necesario ir más allá. El comercio local debe ser consciente de que, como casi todo en estos tiempos, hay que reinventarse sin perder esos valores de arraigo que le convierten en único, y en este empeño debe tener un respaldo firme de las administraciones y la comprensión del consumidor.