Editorial | Un conflicto permanente que exige respuestas

El conflicto permanente de los ganaderos de Babia cuyas reses pastan en el puerto leonés de Pinos, que está bajo el control administrativo de Mieres, exige una solución definitiva por parte de los gobiernos autonómicos, o en su caso por los tribunales. El absurdo permanente de las pugnas por el derecho a unos pastos ubicados en terreno leonés no es sino un permanente tropiezo para el empeño económico de los ganaderos, en una zona además que pretende convertirse en referencia de investigación sobre las posibilidades de los sistemas de explotación ganadera sostenible. Ahora el Ayuntamiento de Mieres pretende de nuevo ejercer competencias ganaderas en la zona de pasto leonesa, lo que ha levantado una vez más a los empresarios babianos. Que parecen dispuestos a iniciar el pulso definitivo para resolver un conflicto sin sentido.

De momento exigen a la Junta que ponga fin a la gestión asturiana de las competencias ganaderas en el puerto, algo que consideran además que no se ajusta a la legalidad actual. A mayores, y para zanjar de forma definitiva el enfrentamiento, reclaman que se expropien forzosamente los terrenos.

Más allá, desde las asociaciones que les asesoran en este proceso se recuerda el compromiso de convertir la zona en un centro de investigación para la ganadería de alta montaña, en colaboración con el CSIC; y cuyos objetivos tienen ahora un encaje perfecto en las líneas de financiación de los fondos europeos para la recuperación. Es el momento de no sólo de zanjar los problemas en Pinos, sino de asentar su futuro.