Editorial | Cumplir con los militares que se quedan en la calle

La Academia Básica del Aire se ha sumado a la batería de iniciativas para insertar en el mundo laboral a los militares de tropa y marinería que, al cumplir los 45 años, finalizan su compromiso con el Ejército y que ya cuentan con otras posibilidades como la de optar con preferencia a las pruebas de acceso a los cuerpos de la Policía Nacional, de la Guardia Civil y de los funcionarios de prisiones. La propuesta de la Academia podría facilitar una vía de salida a un centenar de soldados para incorporarse en la vida civil a través de la Formación Profesional, con estudios de grado medio que compatibilizarán durante seis años con sus ocupaciones en las Fuerzas Armadas. Sin embargo, los convenios de formación de este tipo que el Ministerio de Defensa ha intensificado en los últimos meses llegan tarde para muchos soldados que ya se encuentran en la calle o para los que su salida es inminente o tendrá lugar en los próximos años, ya se habla de un periodo de formación demasiado amplio. Es a estos militares a los que tampoco se puede dejar en la estacada, a una edad muy complicada para encontrar hueco en un mercado laboral saturado y en medio de una crisis económica de proporciones gigantescas.

Es cierto que las últimas convocatorias de empleo público han reservado plazas para los militares en esta situación pero las asociaciones profesionales han denunciado que no son suficientes o que son impugnadas por los sindicatos.

Cuando Unidas Podemos se sentaba en la bancada de la oposición calificó la situación de estos soldados como un «ere encubierto». Es hora ya de que, desde el Gobierno, aporten su solución.