Editorial | La encrucijada de los comedores escolares

La situación de los comedores de los colegios permanece en un constante debate en el que influyen muy diversos factores. Parecen lógicas las demandas para que se apueste por los servicios de cocina in situ, sin fórmulas de cáterin. Pero también es entendible la alerta de que eso dispararía los costes de manera muy notable, lo que redundaría en la capacidad de las familias para poder sufragar los costes. Ahí también debe tenerse en cuenta que es muy elevado el volumen de niños becados por lo que en realidad es la administración educativa la que asume la factura, que se dispararía. Son entendibles, como no, las demandas para que se apueste por las empresas locales, tanto en la elaboración de los menús como en la compra de suministros. Probablemente son argumentos, y hay más, a tener en cuenta. La solución no es sencilla. Y tampoco ayuda los problemas generados por la empresa que tiene casi el monopolio.