Editorial | Energía limpiando el rastro de la minería
El proyecto de central hidroeléctrica que usará las aguas de minas abandonadas plantea beneficios en múltiples frentes. Supone una inversión notable para la antigua cuenca que compartían León y Palencia. Generará 90 puestos de trabajo directos durante su construcción. Y después precisará doce empleos estables para realizar las labores de mantenimiento de una planta que tendrá una producción eléctrica de 143 MW.
La idea pasa por aprovechar el agua desde dos vertidos contaminados por el drenaje de minas abandonadas para emplearla antes de derivarla hacia el río ya limpia tras ser depurada. Se consigue, de este modo, beneficio ecológico que sirve para restaurar los daños permanentes que ocasionan las antiguas explotaciones carboneras, en las que el paso del tiempo degrada el estado de los pozos generando daños en los acuíferos de toda esa comarca.