Editorial | El esfuerzo de los atractivos turísticos

Un año de pandemia, confinamientos y restricciones sociales no ha dejado indemnes a los principales atractivos que mueven el negocio turístico en la provincia, pero sí han puesto de manifiesto la capacidad de adaptarse y el tirón que los principales reclamos provinciales tienen aun en tiempos de parálisis del ocio y reducción de aforos. La cueva de Valporquero y Las Médulas son algunos de estos ejemplos.

En un año atípico han sido miles las personas que han aprovechado los resquicios del covid para acercarse a estas propuestas únicas, lo que a su vez ha permitido a los negocios de hostelería, restauración y actividades que surgen a la vera de estos lugares privilegiados tener un pequeño respiro en un ejercicio de dramáticas restricciones. La normalidad volverá, y las nuevas fórmulas turísticas se añadirán a sus propuestas anteriores. Un escenario de ocio seguro que tiene que caminar al lado de una permanente puesta en valor y mejora del potencial natural de la provincia. Uno de sus principales motores económicos, a salvo además del riesgo de la deslocalización.