Editorial | Un futuro turístico esperanzador, de oportunidades y muy alta exigencia
«El turista del futuro va a ser más de calidad, no de dinero, sino de tiempo, más inteligente. Estamos en un momento mágico, de retos, de atraer a quienes buscan cosas auténticas». Esa afirmación de Kike Sarasola, presidente y fundador de Room Mate Group, viene a resumir el contenido de las ponencias, intervenciones y mesas redondas del I Congreso de Turismo de Diario de León, que reunió ayer en el Hostal de San Marcos a casi una treintena de representantes del sector desde actividades diversas. Antes, Antonio Catalán, presidente de AC Hoteles by Marriot, dejó una frase lapidaria sobre la potencialidad turística de la provincia y muy en concreto de su capital: «Si estuviéramos en Estados Unidos, en León habría que pagar por entrar en la ciudad».
Es evidente, y así lo dejaron claro todos los intervinientes, sin excepción, que León, todo su territorio, disfruta de un atractivo especial para el turismo de interior que hoy, en un momento de especial dureza para el sector por las consecuencias de la pandemia, pero también de oportunidades, busca fórmulas para reactivarse y reafirmarse como motor de la recuperación económica.
El análisis de los expertos, tan variado como la diversidad de sus puntos de vista, es esencialmente esperanzador. Y de alta exigencia: convertir la crisis por la pandemia en una oportunidad de desarrollo. Reforzar la formación de los trabajadores, apostar por la innovación, invertir en tecnología e imponerse como gran prioridad la sostenibilidad fueron los hilos conductores de las exposiciones y debates. Y deben ser reglas de juego irrenunciables que definan el escenario turístico del futuro.
Desde el marco de la colaboración público-privada, es el momento de apoyar a las empresas para acelerar su transformación digital y también a los solicitantes de empleo —«no podemos hacer turismo low cost porque entonces los sueldos serán low cost»— con conocimientos en nuevos productos, márketing o inteligencias de mercado.
El turismo merece especial atención como generador de riqueza y favorecedor de la fijación de población en el medio rural. Y ahora que el protagonista de la actividad turística es el destino en sí mismo, León debe reinventarse para consolidar la extraordinaria riqueza de la provincia y sus potencialidades y mantenerse como referencia en el sector, muy particularmente el rural, en el que sigue siendo hegemónico en su entorno territorial.