Editorial | Graves perjuicios por el inexplicable retraso en la obra para ampliar la uci

Cumplidos ya los 20 meses de pandemia, se mantienen marcados por la incertidumbre una serie de asuntos que resultan fundamentales y sobre los que difícilmente se puede encontrar justificación para la ausencia de soluciones. A nivel nacional, cada día se hace más evidente que no parece admisible que siga sin tramitarse una ley de pandemias —que se había planificado para el verano de 2020— y que acabaría con esta constante incertidumbre sobre quién y cuándo debe actuar ante las olas de covid que siguen sucediéndose.

Y en el frente sanitario, también se echa en falta un acción decidida para paliar los conflictos detectados desde el inicio de la pandemia y para los que las respuestas siguen sin llegar. Éste sería el caso de la situación de la uci del Hospital de León, que aguarda la ampliación que en su día se comprometió y para la que ni siquiera existen ni fechas ni planes concretos. La consejera de Sanidad, Verónica Casado, que tanto nivel de exigencia plantea a los ciudadanos en sus intervenciones resulta que no ha hecho los deberes a pesar del tiempo transcurrido. En marzo de 2020 se nos dijo que la clave del daño del covid era la ausencia de espacios para atender a los enfermos críticos y que, por eso, debíamos confinarnos para frenar la propagación. La sociedad cumplió con esa demanda, que a estas alturas ya se ha comprobado que fue ilegal, y no se merece que siga jugándose la vida porque el Hospital no dispone de esos espacios prometidos e incluso suspende operaciones.