Editorial | Inmovilismo sobre la Catedral

La conservación del primer templo leonés es un objetivo que debe compartir toda la sociedad. Lamentablemente fue diseñada con unos materiales deficientes y eso hace muy compleja su preservación para las generaciones futuras. Se ha avanzado mucho en las últimas décadas pero también hay demasiado pendiente de hacer. Por ello, resulta importante ser diligentes en la toma de decisiones. Evidentemente siguiendo el criterio de los técnicos. Pero no puede aplazarse la puesta en marcha de acciones durante décadas. Si no se actúa en tiempo y forma llega el riesgo de sufrir deterioros irreversibles.

La Catedral es un bien en sí mismo para la ciudad, es un patrimonio fundamental para la identidad de esta tierra y un elemento que merece el mejor trato posible. Ahora, sobre la mesa, está el concurso de ideas para el pórtico occidental. Llega la hora de tomar medidas con la máxima eficacia posible.